Letra: Sra. Carol Garro OP y Sr. Carlos
Castro OP / Música: Eolian
Este himno fue compuesto y grabado en
el año 2006, en San José, Costa Rica.
Nace con motivo de la celebración de los
800 años de la fundación de los monasterios de vida contemplativa, que dieron
sostén al inicio de predicación de los primeros frailes al mando de Santo
Domingo de Guzmán, en Prulla (Francia), 10 años antes de que el papa Honorio III
emitiera la bula, aprobando a la Orden de Predicadores, en 1216.
La obra musical relata
momentos significativos en la vida de Santo Domingo, iniciando con melodías de
instrumentos clásicos que nos remontan a la época de 1170 (Caleruega, España)
donde Juana de Aza tuvo un sueño profético acerca del niño que cargaba en su
vientre: Domingo.
Las siguientes estrofas describen
imágenes de la vida de Domingo, recordándonos frases que, hoy en día, siguen
marcando pautas del camino a seguir:
-
“No puedo estudiar sobre pieles muertas mientras mi pueblo se
muere de hambre.”
-
“El trigo amontonado se pudre, esparcido fructifica.”
-
“Les seré más útil desde el Cielo.”
De esta manera, con su
ejemplo, Domingo fue contagiando con su carisma a muchas personas más, que decidieron
seguir y adoptar un modo itinerante de predicación: la Familia Dominicana.
Poco a poco los coros se
van nutriendo de más instrumentos: batería, percusión, guitarras. La Familia
Dominicana crece conforme pasa el tiempo, manteniendo aquella antorcha del
sueño de Juana encendida oficialmente
desde hace 800 años.
Un “solo” de guitarra
eléctrica, llega a nuestro encuentro, pretendiendo ambientar una época adversa,
de contrastes ideológicos y teológicos… de “blancos y negros”. En medio del
dramatismo de la música, nace un extracto del “Salve Regina”, recordando el fuerte
vínculo y patrocinio de nuestra Madre Santísima a la Orden a lo largo de todos
estos años.
Haciendo un recuento de la
historia, nos encontramos con una mezcla total de los instrumentos que fueron
apareciendo poco a poco desde el inicio de la canción. La Familia Dominicana es
el resultado de años de oración, estudio, comunidad y predicación y es la
responsable de mantener encendida la luz que fue inspirada a su padre fundador.
Ritmos afro-latinos, una
mezcla de culturas de todos los continentes donde se encuentra la FD, nos trae
a un presente, en donde podemos mirar 800 años atrás y seguir caminando, seguir
escribiendo esta historia maravillosa… Hablando con Dios y de Dios.