¡No trata del sembrador, no trata de la semilla, trata del hombre y en còmo la recibía!
(Fray Christopher Mèndez, OP)
En la narración que este domingo nos ofrece el Señor, explica que el hombre no sabe cómo ni cuando la semilla crece, y èste (el hombre) interviene hasta que la planta crece y da fruto.
Una de las pobrezas de la vida pastoral es creernos indispensables, sin nosotros las cosas no se pueden hacer, oh bien, "yo no las haría asì, sino mejor".
En otras ocasiones vamos por ahi imponiéndo a los demás nuestra escala de moralidad, algo asì: "tu actitud no me gusta, entonces te echamos sin dar una explicación sobre tu pecado" (actitud elitista).
Al fin y al cabo, todo viene de Dios, él hace crecer. Y nuestra vida no se trata de remontar cumbres de éxito, cuando que hemos sido llamado a servir. Y se sirve obedeciendo. La fe no es para vanagloria ni mostrar lo que valemos, es para compartir la vida, oír a todos, amar, perdonar, comprender, aceptar, y un gran ETC. Eso mismo que quieres para tì, has de dar a los demás.
¡En còmo vas por la vida... luchando a cada dìa, sabiendo que somos como esa rama torcida pero que Dios con su amor endereza; hombres y mujeres para el mundo, aunque no seamos de este mundo, en tu capacidad de escucha, comprensión y perdòn... Y aun màs, en la disposición de ser otros Cristos... es la medida en que la fe ha dado fruto!.
El momento, la manera y el medio lo ha dispuesto el Señor. No seamos obstinados, la mayor empresa no esta en fundar congregaciones, sino en construir la Iglesia en el diario vivir.
Josè Mendoza, OP