jueves, 29 de diciembre de 2016

La misión de los laicos, hoy.


Carta de nuestro padre promotor de Justicia y Paz de la Provincia San Vicente Ferrer en Centro América 
Fr. Christoph Gempp OP.  25 de mayo 2014

"En este sentido se trata de descubrir y apoyar carismas especiales. En la formación no solamente se trataría entonces descubrir quiénes son pilas en Santo Tomas, Eclesiología o Exegesis. Se trataría más bien de descubrir sensibilidades pastorales o sociales y apoyar a los que quieren ir hacia las fronteras de la misión que mencionan los Capitules Generales y – para no olvidarnos – buscar su Santidad en la vivencia de una opción preferencial de los Pobres y quieren simplificar su vida constantemente. La Orden conocía como único instituto religioso de su tiempo la dispensa en orden a la misión. En la OP todo culmina en la Misión y todos los elementos existen en función de la misión".

La misión de los laicos, hoy
Si lees el artículo anterior, tomado de la Carta del Promotor de Justicia y Paz en nuestra provincia, notarás que he subrayado algunos aspectos que me gustaría resaltar en orden de la vida laical. primero, el nuestro promotor toca el aspecto formativo y lo condiciona con "no solamente". Si bien con esto da entrada a su argumento sobre descubrir sensibilidades pastorales o sociales (no sensiblerías), reluce la palabra "apoyar" a quien desee ir a la misión. Recién buscaba en una de mis librería favoritas y dilucide un libro que espero agregar a mi colección, máxime porque es de otra buena colección sobre asuntos eclesiològicos, y trata de "Misionologìa". Este término no es del todo nuevo, pero hay algunos aspectos que resaltar sobre la complejidad de la misión para los laicos. 

Por mi experiencia como formador del Instituto Catequètico Escuela de la Fe y en mis viajes misioneros a Nicaragua, he experimentado muchas cosas, entre lo humano y espiritual. Aclaro que no me quejo, ir  y anunciar el Evangelio es un privilegio que se debe aprender a valorar tras varios años ejerciéndolo. Jesùs nos dice: "permanecer y perseverar". 

Proposito de la misión: Buscar la santidad, tuya y de los otros (Regla de Fraternidades laicales de Sto. Domingo de Guzman).

En la búsqueda de todos esos valores que consideramos indispensables para la vida, como lo es "ser feliz", disociar la felicidad de la santidad es como hacer dieta a base de embutidos. Es fruto de la maduración humana ordenar la escala de valores.
El misionero esta clarificado en su intención, ser feliz dando felicidad a los demás, mediante la participación de sus bienes y su tiempo. De la pobreza evangélica brotará la generosidad y la solidaridad. Frutos inefables de la conversión del cristiano.

Todos esperamos que la parroquia sea fuente de misericordia pero, la parroquia somos los que participamos en ella de la vida litúrgica. Eso, y los sacramentos, me facultan como misionero de la misericordia según sea mi vida cotidiana.

El artículo inicial va orientado a la vida religiosa de los frailes, por lo cual trate de exponerlo en clave laical.

¡Feliz fin de año y próspero 2017, en paz con Dios!

José R. Miranda

sábado, 10 de diciembre de 2016

Discernir en los tiempos modernos

Saludos y gracias por leer nuestro blog. Me disculpo por lo poco asiduo de nuestras publicaciones, el tiempo nos absorbe y no siempre es bueno llenar de cualquier cosa la mente de la gente. Procuraré hacer presencia al menos cada quince días.

Ultimamente he leído muchos comentarios sobre publicaciones mías en las redes sociales. En la mayoría de casos son cuestiones doctrinales en asuntos de moral. Digo y sostengo que en lo cotidiano tus gustos son tuyos, se respetan pero, en doctrina y  moral, la verdad no es negociable. Y esto debido a que la Verdad es una persona concreta. 

Recuerdo haber oído en una conferencia a la que asistì, impartida por mons. Delgado, sobre la vida de Mons. Romero y previo a su beatificación, que èl decía: "Mi criterio es el Magisterio". Curioso, porque para decir algo semejante primero se ha de conocer la cuestión sobre la que se afirma, esto no se logra sin vida de estudio y oración, partiendo del ejercicio asiduo de virtudes como la humildad y una vida ordenada. En nuestra ignorancia podemos hacer afirmaciones irresponsables o bien, sin prever la intención del otro. En eso yo caigo muy seguido. Por eso prefiero ver como se va desenvolviendo la trama en general. 

Las cosas pueden ser o no a mi parecer, estar o no en mi tiempo, carecer incluso de toda buena intención, pero, descubriendo la trama, develamos a Dios que se vale de circunstancias y personajes cuestionables como Nabucodonosor, el Rey Darío, Ciro de Persa, incluso de Antìoco Epifanes y Alejandro Magno, para proponer un escenario fértil a la venida mesiánica de su Hijo, nuestro Salvador.
¿Es que Dios se goza del dolor, de nuestros conflictos, del desorden moral? No. Sin embargo, es soberano y como bien nos dicta la sentencia, "Yavè dice".

¿Conviene cuestionar a Dios? Antes cuestionémonos a nosotros mismos, y veamos que tan en sintonía estoy con las enseñanzas del Magisterio, si me he esmerado en conocerlas, no como autodidacta quien se lee párrafos por aquí y por allá, definiendo lo que le parece y lo que no (una fe a la carta), sino más bien, partiendo de una formación ordenada y orgánica (Catecismo de la Iglesia Católica) 

¿Todo sacerdote esta resueltamente en lo correcto? Triste pero cierto, hace mucho daño la visión pastoral irresponsable de algunos miembros del clero. Pero hacer esto requiere que comprendamos la visión ontológica del bien y el mal. Sugiero mucho leer a Sn. Agustín en su obra "De las costumbres de la Iglesia"

Entonces, ¿soy yo dueño de la verdad? Más bien me dejo poseer por la verdad (por los méritos de Cristo desde mi bautismo)

El problema del relativismo es que nada es absoluto, todo es relativo, y esto en sí, es un absoluto. 

Me despido, espero tus comentarios, serán leídos con objetividad. 

José R. Miranda, OP