miércoles, 25 de enero de 2017

Nadie da lo que no tiene


La fragilidad del argumento viene por la ignorancia de conceptos; presuntamente, "tener la razón", impera sobre si èsta es razonable. En realidad, sòlo un tonto acepta sin cuestionarse las cosas, hay que saber profundizar en lo que se nos dice, le llamamos a esto "discernimiento".
Muchos pleitos entre católicos, porque discutir es otra cosa, provienen de la carencia de criterio. Luego, tener la razòn, aunque no sea moralmente lìcita, es mejor. Ser medio bueno es mejor que no serlo. Pero, "estás conmigo o en mi contra"(cf. Mt. 12, 30), para el Señor no hay medias tintas.
Tolero a la persona, le acepto, pero no negociando la Verdad, es que sería gravìsimo aceptar el error sòlo por "no hacerle sentir mal". No caigamos en la tentación del buenismo. No somos dueños de la Verdad. Le creemos a Dios pues de varias formas, con la ley y los profetas nos ha mostrado (Revelado) su designio de amor para con el hombre (Jn. 3, 16; 10, 10), por tanto no puede engañarse ni engañarnos. 

Cristo se dio sin defecto a la humanidad, y purifico a sus apóstoles para que no cayeran en el grave daño del fariseìsmo. Luego, los apóstoles guiados por el Espíritu Santo, difundieron la Buena Nueva combatiendo las tendencias religiosas que no predicaban a Jesùs como Señor y Salvador (las herejías). Jesùs les ha encomendado el deber de enseñar  (Mt. 28, 19- 20). A nosotros nos compete conocerla, amarla y defenderla. Saber defenderla, de hecho. Si por tolerar el error negamos que hay un asidero designado por Dios (1a. Tim. 3, 15), entonces, despreciamos totalmente la cruz de Cristo y negamos su Resurrección. 
Si el catòlico no nutre su razòn con esta sana doctrina, pretender que realice cualquier labor pastoral es como pedirle a un chimpancé nos escriba un poema. Nadie da lo que no tiene. Les exhorto, en el nombre de Jesucristo, al estudio y una vida sacramental viva, activa y fructífera. Cumpliéndose el mandato del Génesis, "sean fecundos". Los primeros 4 numerales de la Constitución Dogmática Lumen Gentium (LG), les serà de mucha utilidad.

José Mendoza, OP.

viernes, 6 de enero de 2017

Los videojuegos y el entretenimiento




Desde que tengo uso de razón los videojuegos han sido parte de mi historia de vida, tanto que me ha marcado la infancia, preadolescencia y adolescencia. Y no es de extrañar ya que al parecer pertenezco a la generación “millennials”(Así son conocidos los que nacieron entre 1980 y 1996). Pasaba largas horas de mi vida frente a consolas de videojuegos, tratando d e entretenerme y matar el tiempo.
Cada vez que iba a los videoclubs(como le llamaban a los lugares donde alquilan la consola de videojuego por hora) me entraba los deseos de escaparme del mundo en el cual vivía para transportarme en un lugar donde al parecer tenía el control de todo y buscaba ser el mejor de todos. En especial en fútbol. Tiempos muy lindos, pero quisiera tocar un tema muy especial en los videojuegos y que más allá de todos los riesgos que suponen los videojuegos que podrás encontrar en numerosas páginas de internet como la dependencia, aislamiento, adicción, entre otros...:

“El gran problema de los vi deojuegos -frente a la televisión - es que los videojuegos, como consecuencia de su estructura repetitiva y de recompen sa, podrían generar una dependencia de los mismos que llevaría a los niños a estar constantemente pendientes del videojuego a lo largo del día.
Todo esto acarrea una gran pérdida de tiempo, dificultades para llevar a cabo adecuadamente los deberes escolares, falta de atención y concentración durante las horas de clase y un co mportamiento de aislamiento en la propia escuela.
La adicción puede ser de tal intensidad que esté presente durante cualquier actividad que lleve a cabo durante el día: bien sean actividades manuales como comer o vestirse, o intelectuales, como los deberes escolares. Todo esto lleva al niño a perder contacto con la realidad social, emocional y familiar.”

(Tomás Ortiz Alonso. Catedrático.

Departamento de Psiquiatría y Psicología Médica. Facultad de Medicina. Universidad Complutense de Madrid)


Lo que me gustaría profundizar en este documento es sobre el “entretenimiento”. Dado que es lo que persigue las personas cuando compran consolas de videojuegos. Por algo se mueve millones de dólares en esto y por algo mucha gente pasa gran parte de su vida entreteniendose. Quiero decir el entretenimiento es mucho más que un pasar el tiempo. Casi se podría decir que resolvemos las necesidades porque la necesidad de entretenernos nos mueve a ello.

No es nuevo, según Fray Nelson Medina:

“Los antiguos monjes canonizaron la expresión “vacare Deo” para indicar cómo la

liberación de los trabajos llamados serviles era una especie de requisito para que el monje pudiera ocupar su tiempo en otras cosas, se supone que el cultivo de otras áreas de su espíritu, a través de la lectura o la meditación, se supone. Esa necesidad de estar libre de necesidades tiene un poder enorme, como lo reflejan varias cosas, si miramos bien.
Hagamos el ejercicio mental de quitar los entretenimientos de una sociedad como la Occidental. Tendríamos que derribar cines y teatros, discotecas y casinos, y también estadios, canchas, seguramente parques... Casi parece que la ciudad ha nacido del comercio pero su finalidad es la libertad de no tener que hacer nada: “vacare”...”
Miremos la programación típica de la televisión. Se puede hablar de buen o mal gusto pero lo que no se puede dejar de ver es que la inmensa mayoría de los contenidos apuntan simplemente a entretener. En la mayoría de los casos con programas basura, adoctrinando a la población con ideologías peligrosas, a través de escenas sexuales, documentales o programas con mensajes implícitos, etc.
Y es curioso ese verbo mismo: entretener. Da la idea de algo temporal y provisional, como cuando una persona tiene que hacer su turno en la sala de espera mientras el doctor lo llama. “Entonces la persona se “entretiene” por ejemplo leyendo algo liviano, intrascendente quizá. El fin del entretenimiento debería ser eso: ocupar nuestro tiempo mientras llega el plato fuerte. El problema es que muchos no saben qué podría ser un plato realmente fuerte y por eso se quedan con entremeses y todo su tiempo es entretenimiento.”

“De modo más formal uno puede preguntar si el entretenimiento es un medio, como lo sugiere la sala de espera del consultorio, o es un fin, como lo sugiere el que una vez resueltas lo que consideramos “necesidades” entonces sí nos dedicamos... ¡a entretenernos! ¿Qué hay en el fondo de todo esto?”
Me parece que algunas veces hay un naufragio existencial y egoísmo que nos impulsa a encerrarnos en nosotros mismos. Lo cual hace que desperdiciemos nuestra vida en un ciclo: el trabajar, consumir, entretenerse. Eso también provoca el miedo a sentirme solo o bien escapar aunque sea por un breve momento de los problemas que nos rodean. Esto le quita el sentido a la vida, porque como apunta San Juan Pablo II en la teología del cuerpo, fuimos creados como “don”, para entregarnos a los demás. Eso es lo que nos colma de una alegría que no se pasa, eso de novedoso que trae el evangelio, que con la llamada que nos hace individualmente nuestro Señor, cambia por completo la vida de las personas. Si nos abrimos primeramente a la conversión y cooperando con su gracia en la caridad, le podremos dar un sentido y valor a nuestra vida.
De verdad que el entretenerse seguiría siendo una necesidad, pero a la espera del plato fuerte.

Norman Alfaro Segura. O.P. 
Fraternidad Fray Angelico 
Costa Rica