domingo, 11 de noviembre de 2018

Contemplar y compartir de lo contemplado


Jesùs es llamado "Maestro de la contemplación", en el Evangelio de hoy nos dice que se hallaba sentado frente a las alcancías del templo... MIRANDO.

El Señor se detiene a contemplar la realidad no las apariencias: 

"yo les aseguro que esa pobre viuda ha echado en la alcancía màs que todos. Porque los demás han echado de lo que les sobraba; pero esta, en su pobreza, ha echado todo lo que tenga para vivir".

Las riquezas no son malas si no la utilización que hacemos de ellas.

Si estamos pendientes de las necesidades de los demás y vemos de manera eficaz la forma de ayudarles desde nuestra propia realidad, estamos agradando a Dios que nos manda amar al pròjimo como a mì mismo. Así se entiende que en la paràbola de Làzaro y el Rico, este que no hizo daño al pobre Làzaro, tampoco le dio como aliviar sus necesidades.

No podemos, si nos decimos "cristianos", vivir desinteresados de las necesidades de los demás, sea con nuestras oraciones o de forma màs tangible en acciones concretas darles con amor y generosidad... entonces, podremos decir que tenemos los mismos sentimientos que el Señor (amamos como Cristo y servimos como Èl)


Josè Mendoza, OP


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