domingo, 20 de enero de 2019

Las bodas de Canà

Jesùs presente en una boda, para muchos sería escandaloso, para esos "puritanistas" que todo es pecado, menos lo que hacen ellos.

Pero una boda es un momento hermoso en la vida de muchas personas, máxime si vemos el contexto del libro de Cantar de los Cantares en donde se centraliza la relación de Dios con su Pueblo en una unión esponsal. 

En esta ocasión esta también Maria. Ella anda pendiente de las necesidades de los novios, de su situación. ¿Creías que nadie estaba al tanto de tus circunstancias? Ella es la Gran Intercesora, no la que obra el milagro, eso se lo deja a su Hijo, pero sì la que ruega por nosotros. 

Leemos en una de las antifonìas de la salmodia de las Vísperas de hoy lo siguiente: 
Ant. En Caná de Galilea, Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria, y creció la fe de sus discípulos en él.

Los milagros de Jesùs no son hechos mágicos, hay milagros por doquier y a diario (como la salida del sol, respirar y por excelencia los Sacramentos, etc) no los vemos porque nos hemos vuelto de pensamiento materialista. Los milagros sirven para que creamos màs y mejor en aquel que llamamos Señor, y decimos bien, porque lo es. 

¿Y como anda tu fe ahora?, ¿còmo esta tu relación con Maria Santìsima?, ¿invitarías a Jesùs y Marìa a la fiesta de tu vida?

Josè Mendoza, op

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