Hoy quiero hacer una pregunta, ¿sirve de algo rezar? Parece un atrevimiento pero cuando no oramos insistentemente es porque, en el fondo, esa pregunta existe para nosotros.
Jesús nos manda en el Evangelio de hoy a no desfallecer, màs bien a insistir a tiempo y a destiempo.
Es que Dios no premia la holgazanería, y la perseverancia no es propia del conformista.
¿Rezamos mucho? Pensemos en esta cuestiòn; pues si la mujer pudo sacar un favor del juez injusto, cuànto màs nos darà Dios, nuestro Padre, si le pedimos con fe.
Y puesto que la oraciòn es reflejo de la fe, se entiende la pregunta que Jesùs hace, ¿hallarà el Hijo del Hombre, a su venida, fe sobre la tierra? Quien camina por las calles en su hacer cotidiano hallarà muchas cosas porque rezar y agradecer.
En la medida de tu oraciòn serà la fe que tengas, pedirle a Dios que robustezca nuestra fe y luego no hacer nada con ella, es insensatez.
Josè Roberto Mendoza