El camino de la vida cristiana esta, inseparablemente, unido a la Cruz... La Cruz de Cristo.
Quien desee, sinceramente seguir al Señor, ha de asumir esta exigencia, "tome su cruz de cada dìa y sìgame", nos dice Jesùs.
Pero también aclara Sn. Pablo en la segunda lectura que no hemos de tomar la cruz a la manera del mundo, de las modas y sus ideologías, ya que esto es una clara negación del camino de la Cruz. Seguir el mundo y sus pensamiento es, en esencia, buscarnos a nosotros mismos no a Cristo.
El seguimiento de Cristo tomando la propia cruz de cada dìa es el culto que agrada al Señor, y asi la gracia santificante obrarà en nosotros para que seamos víctimas vivas, santas y agradables a Dios.
Josè Mendoza