¡Què dilema!, oìr a católicos en pleno siglo XXI diciendo cosas como "bendiciones", "todos y todas", defendiendo sistemas consumista-socialista, e ignorantes de su fe, de las Sagradas Escrituras, de la Sana Doctrina y de sí mismos.
Vaya si es un dilema. La diversidad de métodos pastorales, unos màs o menos congruentes en la práctica, han permitido el peligro de la carencia de formación adecuada para los laicos, en donde todos somos agentes de pastoral. Todos y por su bautismo, pero también por ser persona a imagen y semejanza de Dios, son menester de la Nueva Evangelización.
Esta carencia de discernimiento y la poca importancia que damos a la investigación de las fuentes, ahí de donde hemos tomado la información o bien publicado algunos artículos en Redes sociales, es reflejo de la incapacidad actual de tener ideas propias. Creemos que hacemos lo que queremos pero en verdad sòlo hacemos lo que nos dicen porque nos lo dicen, no cuestionamos. Y cuestionar no es rebeldía. Hacer las preguntas correctas y certeras permite a la persona adueñarse de los motivos que le encaminan a la realización del acto. Debemos estar convencidos, porque quien no se conoce a si mismo ni al objeto formal de su amor, pierde el sentido de lo que hace.
"En la teología hay elementos de verdadera argumentación. Es imposible he inútil pretender reducir la teología a los modelos de producción, eficiencia y bienestar a que nos ha acostumbrado la ciencia moderna" (Fray Nelson Medina, OP)
"En la teología hay elementos de verdadera argumentación. Es imposible he inútil pretender reducir la teología a los modelos de producción, eficiencia y bienestar a que nos ha acostumbrado la ciencia moderna" (Fray Nelson Medina, OP)
La mala broma es que muchos de estos son catequistas de sus comunidades. Pero, ay de quien se atreva a corregirlos. Ese será tachado de intolerante.
Hemos de aprender a vivir como católicos, a hablar como católicos, no sòlo vestirnos como uno. Cuando no entendemos, desconocemos nuestra verdadera dignidad, nuestro estado y la realidad de mi pecado personal, el resultado es personas despistadas. Fraternidades laicales con actividades propias de cofradías, dirigentes con alardes de abad, una pobreza filosófica y ausencia de reflexión teológica. Al grado máximo de desconocer la Regla misma, entonces, ¿Qué valor tiene una promesa si se desconoce la materia de lo que se promete?
De nada nos sirve llenarnos de medios si carecemos de fines (Fray Nelson Medina)
Palabras como "Revelación", "Depòsito de la fe", no debieran ser un misterio para un catòlico.
Por ende, antes de ir por ahí coleccionando buenitis y viviendo de "sentir bonito", mejor es conocer tu fe. Aprovechas tu tiempo, das sentido a tu vida y te oirás màs interesante en las conversaciones pastorales.
No deseo agraviar a nadie, sòlo no confundamos la inculturacion con la pérdida de nuestra
identidad católica.
Hemos de aprender a vivir como católicos, a hablar como católicos, no sòlo vestirnos como uno. Cuando no entendemos, desconocemos nuestra verdadera dignidad, nuestro estado y la realidad de mi pecado personal, el resultado es personas despistadas. Fraternidades laicales con actividades propias de cofradías, dirigentes con alardes de abad, una pobreza filosófica y ausencia de reflexión teológica. Al grado máximo de desconocer la Regla misma, entonces, ¿Qué valor tiene una promesa si se desconoce la materia de lo que se promete?
De nada nos sirve llenarnos de medios si carecemos de fines (Fray Nelson Medina)
Palabras como "Revelación", "Depòsito de la fe", no debieran ser un misterio para un catòlico.
Por ende, antes de ir por ahí coleccionando buenitis y viviendo de "sentir bonito", mejor es conocer tu fe. Aprovechas tu tiempo, das sentido a tu vida y te oirás màs interesante en las conversaciones pastorales.
No deseo agraviar a nadie, sòlo no confundamos la inculturacion con la pérdida de nuestra
identidad católica.
José Mendoza, OP
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