miércoles, 25 de octubre de 2017

A Dios lo que es de Dios

Esta misma disputa se da en el mundo de hoy, elegir el bien es buscar aquello que nos perfecciona, ir en pos de Dios. El Cèsar representaba los poderes político-econòmicos de aquel tiempo. Lo cèsares de hoy son similares. Podemos perder de vista lo meramente importante por ir buscando el viento, el soplo, la nada; segùn nos dice Qoèlet. Vanitatis vanitatum et omnia vanitas. 

Considero que si no edifica, no vale la pena. 

Las estructuras deshumanizadas se instituyen con sus legalistas pretensiones de control de las conciencias, es querer atar a Dios por decreto. Un cristiano formado en principios morales y maduro en su fe, no requiere màs lìneas que los Preceptos Divinos, y sabrá adaptar segùn estos los diversos ámbitos de su vida, por los méritos de su bautismo. No significa que no obedezca, simplemente que no sigue cualquier bobada.

Dios es Septiforme, es decir, pleno en su diversidad. Ha creado al hombre en serio, no en serie.

La política y la economía deben estar orientadas al bien comùn, de todos a partir de cada cual. No es cuestión de mayorías sobre minorías. Desde ahí los preceptos serían disgregadores, evocando al diabolòs (que divide). Integrar, en la Iglesia, se logra cuando reconocemos la dignidad del prójimo. Y sì la persona es madura, sabrá vivir acorde a lo que ha optado. Hay que apostarle màs a una formación integral sistemática que a legalizar la ignorancia.

Al Cèsar lo que es del Cèsar y a Dios lo que es de Dios.

José  R. Miranda, OP


martes, 17 de octubre de 2017

Da limosna de lo de adentro y así lo tendréis limpio todo

¿Damos de lo que tenemos, damos lo que podemos, damos con medida? El mismo verbo nos indica dar, donar, entregar. Pero no basta con el dinero, con pan y chocolate. Dar con menosprecio, despectivamente, son dos formas de ofender al pobre y al necesitado, otra es el despilfarro. Buscar tener o codiciar más de lo que necesitamos o bien, creemos necesitar; ir por la fantasía “del buen vivir”. Esto es insensatez. 

La solidaridad y subsidiaridad son elementos del dar. Pero no está en el que sino en el como. 

¿Quién màs pobre y necesitado que el pecador?, ¿y, acaso no somos todos pecadores?. 

Aceptar y corregir. Como Dios, quien nos ama, nos acepta y nos corrige. 

El desprecio o menos precio hacia mi prójimo, es porque ha atentado contra mi esquema de vida perfecta. Entonces, yo sugiero que todos contemos nuestras penas y porquerías y luego veremos la reacción del público. 

Orar por todos, los pecadores y los que no se creen pecadores, ese oficio nos da Dios. 

En conclusión, dar de adentro es dar con y por amor, buscar y corregir, enmendar y devolver bien por mal. Vivir cristianamente la caridad. 

José R. Miranda, OP.

viernes, 6 de octubre de 2017

Los guetos, la soledad y solitariedad.

El estar aislados de la realidad; sustraídos en nuestros mundos, olvidando la necesidad y urgencia de católicos en el mundo temporal. Esto es un gueto. Culturalmente hablando, cuando se pretende que el laico sea el "resuelve todo" y no abordando los temas de impotrancia en relación a la acciones pastorales. 
Estoy de acuerdo en que, se ayude a la madre Iglesia, es un deber de todos sus hijos. Pero no en que se aprovechen de ello. Fomentar el movimiento de los laicos hacia temas de ìndole familiar, educación emocional y vida espiritual, es màs que un discurso político post guerra. 

Se denuncia el pecado, se anuncia la salvación. El resto cae por su peso, no al revès. De generar una conciencia en los laicos sobre el deber e importancia de la generosidad con la familia y la religión, nos hace hijos que no necesitamos tener turno en la parroquia por cualquier cosa, ya los atrios en algunos templos parecen el mercadillo central. A esto se le llama "consumismo religioso". 

Hay que generar fondos, de acuerdo, pero no para convertirnos en mega parroquias sino para dar la atención adecuada a los feligreses. De poco vale un templo bien pintado si hay que ir a rogar por que me den la confesión. 

Aplaudo a los sacerdotes que están prontos por sus hijos espirituales. Y a los laicos, que comprendiendo su dignidad, son generosos con la Iglesia. 

La humanidad necesita gente mejor formada, màs educada en casa, en familias estables y con calzado, alimento y menos de "buenas opiniones". 

Los laicos, sobre todo si sos dominico, en gracia de Dios y con el auxilio de Maria Santísima, seamos la respuesta a las oraciones de tantos hermanos que viven en abandono y soledad. Distintas clases de abandono y soledad.

José R. Mendoza, OP

Ver el siguiente enlace:
http://www.saludterapia.com/articulos/a/2267-soledad-solitariedad.html