¿Damos de lo que tenemos, damos lo que podemos, damos con medida? El mismo verbo nos indica dar, donar, entregar. Pero no basta con el dinero, con pan y chocolate. Dar con menosprecio, despectivamente, son dos formas de ofender al pobre y al necesitado, otra es el despilfarro. Buscar tener o codiciar más de lo que necesitamos o bien, creemos necesitar; ir por la fantasía “del buen vivir”. Esto es insensatez.
La solidaridad y subsidiaridad son elementos del dar. Pero no está en el que sino en el como.
¿Quién màs pobre y necesitado que el pecador?, ¿y, acaso no somos todos pecadores?.
Aceptar y corregir. Como Dios, quien nos ama, nos acepta y nos corrige.
El desprecio o menos precio hacia mi prójimo, es porque ha atentado contra mi esquema de vida perfecta. Entonces, yo sugiero que todos contemos nuestras penas y porquerías y luego veremos la reacción del público.
Orar por todos, los pecadores y los que no se creen pecadores, ese oficio nos da Dios.
En conclusión, dar de adentro es dar con y por amor, buscar y corregir, enmendar y devolver bien por mal. Vivir cristianamente la caridad.
José R. Miranda, OP.
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