domingo, 25 de febrero de 2018

Latae sententiae

1398 Quien procura el aborto, si éste se produce, incurre en excomunión latae sententiae. (Pena ya impuesta)

 La Iglesia no pretende condenar a nadie, estas determinaciones vienen en el orden de la moral segùn nos transmite la enseñanza apostólica sobre la Revelación. Y dado que no condena a nadie, quiere como Madre, que ninguno se pierda. Para ello, se determinan normas legislativas congruentes con el Decálogo de la Ley de Dios.
Respetando el derecho eclesial que determina el amor como principio del obrar humano, se fundamenta en la solidaridad y comunión entre los miembros de la Iglesia. 


En El Salvador estamos a las puertas de votaciones de Alcaldes y Diputados, hemos de definir cosas claras para elegir a nuestros representantes, porque eso son, no nuestros dueños. No podemos pedir a un ignorante, corrupto, asesino y ladronzuelo que sea todo bondad, honor, respeto y legal. Seriamos insulsamente inocentes. 

En las próximas elecciones hay un partido que abiertamente y en tìtulos ROJOS ha visto varias maneras de despenalizar el aborto bajo argumentos como “eugenésico”, “terapéutico”, “por violaciòn”. Todo es la misma moneda, matar es matar. Segùn el articulado del CIC, quien promueve, vote y practique el aborto, tras haberse este concretado mediante legislaciones que den lugar a su ejercicio en el paìs, queda excomulgado (fuera de la comunión con la Iglesia), por tanto se le omiten los derechos de que goza todo bautizado, estrictamente recibir la Eucaristía. Si comiera, porque el voto es secreto, come y bebe su propia destrucción. 

Nadie puede decirte por quien votar o bajo que criterio, eso lo ha de discernir cada persona. La libertad no estriba en hacer nuestros berrinches sino en la búsqueda firme por el bien, el bien, entonces no se decide, se descubre. 

Si te dices catòlico, no puedes ni debes apoyar a grupos parlamentarios o individuos que promuevan el asesinato de no nacidos, el robo de pensiones, la usurpación de la democracia apoderándose de las instituciones, el robo de tus impuestos que trae desabastecimiento de medicinas en los hospitales, ni has de permitir la violencia verbal contra la opinión pública; si lo hicieras, no fueras víctima sino cómplice.

Ora y no caerás en tentación.

Josè R. Mendoza, OP

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