domingo, 2 de septiembre de 2018

¿Quien obra justamente?








El salmo de hoy se halla en un grupo dedicado al hombre y su condición bienaventurada, su caída y su recuperación. 
Vemos  que, en analogía con el Evangelio, trata de las actitudes gratas a Dios en contraste con la superficialidad de los preceptos humanos. 
La Ley como tal esa para vivir una relación de amor con Dios y con los demás. EL hombre, en cambio, presume reducir los preceptos morales a su conveniencia, y aun cuando "Dios" es una palabra muy usada en ciertos círculos de la Iglesia, a puertas cerradas vemos que no siempre se vive con la misma regla con que ajusticiamos a quienes son considerados "los impuros". 
¿Quien es grato a los ojos del Señor?
Salmo 15(14),2-3a.3cd-4ab.4-5.
El que procede rectamente 
y practica la justicia; 
el que dice la verdad de corazón 
y no calumnia con su lengua. 
y no calumnia con su lengua. 
El que no hace mal a su prójimo 

ni agravia a su vecino, 
el que no estima a quien Dios reprueba 
y honra a los que temen al Señor. 
El que no se retracta de lo que juró, 
aunque salga perjudicado; 
el que no estima a quien Dios reprueba 

y honra a los que temen al Señor. 
El que no se retracta de lo que juró, 
aunque salga perjudicado; 
el que no presta su dinero a usura 
ni acepta soborno contra el inocente. 
El que procede así, nunca vacilará.

Como punto final, deseo citar a nuestro Beato, Oscar Arnulfo Romero:

Las predicaciones que no hablan de la realidad desde la fe, son "palabras espiritualistas", "una palabra que puede sonar en cualquier parte del mundo porque no es de ninguna parte del mundo" (Homilìa del 10 de diciembre de 1977)
Predicación que no denuncia el pecado no es predicación del Evangelio (Homilìa del 22 de enero de 1978)

Josè Mendoza, OP


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