domingo, 22 de septiembre de 2019

¿Es nuestra conducta conforme a la voluntad De Dios?


¿Cuáles son los criterios que rigen tu vida? Dios o las riquezas. 

La conducta que tomamos ante la riqueza dicta tu manera de ser y pensar en las diversas circunstancias de la vida. Hay quien vive para ser famoso y verse bien, esa es una riqueza. Otra podrìa ser los malos hàbitos, las amistades, los lujos, etc. 
El evangelio de hoy nos lo pone claro, no se puede servir (amar) a Dios y a nuestros apegos. 
A veces, puede que hasta nos creamos el cuento de que hacemos las cosas con la “recta intención” del bien. Pero, aun así, si no eres pobre de corazòn, sino buscamos alcanzar esa bienaventuranza, no poseeremos los bienes del Cielo. De todo lo demás, Dios se encargará. 

Poner el corazòn en esas riquezas del mundo, como el reconocimiento y la fama, es propio de gente mundana. Y todos estamos propensos de caer en la presunción. 

Pidamos al Señor nos ilumine para afrontar el día a día como mendigos en esta tierra y ricos en el Cielo, para ver a los demàs como nuestros hermanos y a no buscar los primeros lugares, sino, màs bien, servir al pròjimo por amor a Dios.

Josè Mendoza, O.P.


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