domingo, 15 de septiembre de 2019

No podemos tomar de la copa con Dios y luego con el demonio

No podemos ir por la vida buscando la religión a nuestra manera o conveniencia, querer el amor a nuestro gusto y al pròjimo, que sea a la carta.

No podemos amar y luego odiar, bendecir y luego maldecir, no podemos tomar la copa de la salvaciòn de manos del Señor para luego tomar el vino de la perdiciòn en compañìa del Maligno. 


No podemos ser catòlicos de domingo y Herejes o Ateos de lunes a sàbado. El hijo pròdigo fue a buscar la dicha a su manera y el Padre, no queriendo el sufrimiento de su hijo, le permite hacer su voluntad, valiéndose de èsta para que el hijo se arrepienta y enmiende. A veces necesitamos tocar fondo para darnos cuenta de nuestro propio engaño.

Dios nos ama y perdona siempre... nosotros aceptamos su misericordia o renegamos de ella quedándonos afuera de la fiesta. 

La religiòn tiene su fundamento en el sentimiento de dependencia entre un ser finito (el hombre) y aquel que nos inspira trascendencia (Dios), saliendo de una realidad contingente para ir al otro, a quien reconocemos como el Eterno; sòlo reconociendo nuestra indigencia seremos capaces de acercarnos a Dios, y al pròjimo, con sincero arrepentimiento y afàn por amarle, respetarle y servirle.


Josè Mendoza, O.P.

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