domingo, 25 de octubre de 2020

XXX Domingo del TO

 ¿Sabias que, mientras haya ìdolos en tu corazòn te serà imposible cumplir con el primero y màs importante de los Mandamientos? Y esto  funciona asì, no se puede, no es razonable, echar vino nuevo en odres viejos. 

Ya, en el bautismo, hemos sido marcados como cosa propia del Señor, pero es desiciòn nuestra que, durante el transcurso de mi vida, le elija a Èl y solo a Èl por ser quien es. 

¿Y quièn es Jesùs? Puedes reflexionar tu respuesta al verlo en la Cruz, al leer sobre su pasión, los 40 días en el desierto, la persecución que sufriò siendo un recièn nacido y aùn siendo enjuiciado injustamente por causa de nuestros pecados, se mantuvo fiel y firme en su desiciòn de amarnos al extremo.

Querer agradar a Dios sin estar en gracia santificante (confesiòn y comuniòn sacramental) es como querer beber un buen cafè usando agua sucia. 

Para amar al Señor con toda la integralidad de nuestro ser, se necesita màs que tener bonitas intensiones y creernos los muy buenos, requiere CONVERSIÒN.

Josè Mendoza

domingo, 18 de octubre de 2020

XXIX Domingo del TO

Hoy Jesùs usa una de las frases màs lapidarias (tajantes) que conocemos: “Al Cèsar lo que es del Cèsar y a Dios lo que es de Dios”. 

Hace una distinciòn entre bienes terrenos y eternos, definiendo la justa apreciaciòn de ellos. 

Ahora bien, sabemos que todo es de Dios, entonces, ¿A què se refiere cuando dice “a Dios lo que es de Dios”? 

Si leemos la escena completa, antes de estas palabras, Jesùs amonesta a los herodianos, porque ellos pagaban el impuesto al Cèsar, pero la pregunta hacia Jesùs es una trampa, viene de personas que hacen aquello de lo que cuestionan al Señor como sino no supieran bien la verdad.

Lo que Dios quiere de nosotros, lo que le pertenece a èl por encima de todo lo creado que suele ser pasajero, es nuestra alma inmortal. Requiere que nosotros le elijamos y amemos libre y desinteresadamente, dia a dìa. Así como hicieron los Santos, así como vivió y muriò el beato Carlo Acutis. 

Los bienes terrenos son de Dios para nuestra vida en esta tierra, y por ende acá se quedarán, los bienes eternos tambièn son de Dios, en èl tienen su fuente y su fin. 

“No hay nada fuera de mì. Yo soy el Señor, y no hay otro”.

Josè Mendoza.

domingo, 11 de octubre de 2020

XXVIII Domingo del TO

El Evangelio de hoy toca temas varios, entre ellos podemos citar un resumen de la Historia de la Salvaciòn acontecida entre la Elecciòn de un pueblo, el tiempo de los profetas que anuncian la salvaciòn y finaliza con  la Iglesia de Jesucristo, que acoge a buenos y malos, para que creyendo en Jesucristo por medio de la gracia y la predicaciòn se conviertan. 

En este ùltimo tema deseo centrarme, pues estoy algo harto de homilìas suavizadas que pretenden enfatizar los textos a meras experiencias humanas (antropocentrismo).

Vemos como, al final, buenos y malos son invitados al banquete, pero esto no quiere decir que todos iban a entrar, pues uno que no iba debidamente preparado (penitencia, ayuno, confesiòn y conversiòn) es echado fuera, a la oscuridad ETERNA. A este nadie lo excluyò, ni por su condiciòn social, como quieren decirte algunos marxistas disfrazados de religioso, ni por su edad o tendencia sexual, èl se auto excluyò por no ir con las ropas adecuadas. 

Cuidado hermanos, no caigan en el ideal de creer que da igual seas bueno o malo, a Dios no le da igual, si bien nos ama por igual, no desea dejarnos ahi conformes y acomodados en nuestra maldad. 

Las ropas para entrar al banquete nupcial, “las bodas del Cordero” citadas en el Apocalipsis, no pueden ser otras que los ropajes de la Gracia Santificante, o sea, SANTIDAD PRECEDIA POR LA CONVERSIÒN . 

Dime, ¿Tù invitarìas a cualquiera a tu boda?, y encima, ¿dejarìas que cada uno fuera tal cual le dio la gana? Entonces, si tù, francamente no te harías esto ùltimo, ¿por què pretendes hacérselo al Señor, tu Dios?

Josè Mendoza


domingo, 4 de octubre de 2020

XXVII Domingo del TO

 Las lecturas de hoy son contundentes en cuanto a la advertencia que hace Jesùs a los lìderes religiosos de su tiempo, y del nuestro, esos que han perdido el camino de lo Revelado por ocuparse de cuestiones que no les compente a ellos atender. 

En la actualidad, muchos andan haciendo discurso de lo polìticamente correcto, descuidando su labor de pastores de almas, deformando la homilìa con antropocentrismos fuera de lugar. 

Pero la amonestaciòn no es solo para el clero, sino para toda la Iglesia, pues somos el mismo pueblo, clero y laicos. 

Cuidemos los dones que Dios nos ha dado para que fructifique, por el agua de la gracia santificante, nuestros méritos y asi glorifiquemos a Dios con nuestras vidas. 

Josè Mendoza