domingo, 18 de octubre de 2020

XXIX Domingo del TO

Hoy Jesùs usa una de las frases màs lapidarias (tajantes) que conocemos: “Al Cèsar lo que es del Cèsar y a Dios lo que es de Dios”. 

Hace una distinciòn entre bienes terrenos y eternos, definiendo la justa apreciaciòn de ellos. 

Ahora bien, sabemos que todo es de Dios, entonces, ¿A què se refiere cuando dice “a Dios lo que es de Dios”? 

Si leemos la escena completa, antes de estas palabras, Jesùs amonesta a los herodianos, porque ellos pagaban el impuesto al Cèsar, pero la pregunta hacia Jesùs es una trampa, viene de personas que hacen aquello de lo que cuestionan al Señor como sino no supieran bien la verdad.

Lo que Dios quiere de nosotros, lo que le pertenece a èl por encima de todo lo creado que suele ser pasajero, es nuestra alma inmortal. Requiere que nosotros le elijamos y amemos libre y desinteresadamente, dia a dìa. Así como hicieron los Santos, así como vivió y muriò el beato Carlo Acutis. 

Los bienes terrenos son de Dios para nuestra vida en esta tierra, y por ende acá se quedarán, los bienes eternos tambièn son de Dios, en èl tienen su fuente y su fin. 

“No hay nada fuera de mì. Yo soy el Señor, y no hay otro”.

Josè Mendoza.

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