domingo, 29 de noviembre de 2020

1er Domingo de Adviento

Estamos iniciando un tiempo maravilloso para la reflexión, òptimo para revisar la vida interior y meditar sobre el significado que tiene para mì la Natividad del Señor.

Hoy no caben esos pseudo moralismo buenistas. 

La bondad que consiste en evitar hacer el mal, es una que no sirve para nada. 

Segùn la Doctrina, ser bueno consiste en hacer el bien, con obras concretas de misericordia (14 en total) y combatir el mal (no solo “evitarlo”)

Domingo a Domingo nos confesamos culpables de pensamiento, palabra, obra y OMISIÒN. Me viene a la memoria la paràbola del pobre Làzaro y el rico Epulòn. Resulta que el rico no obro ningùn mal contra Làzaro, solo no le hizo ningùn bien. Paso de largo, siguiò con su vida, y ya sabemos el resultado.

Nadie te dice que dejes de comer o pagar cuentas, bastarà que tomes algo de lo que tienes, que quizàs ya ni usas, y se lo des a una persona que en verdad lo necesite (materialmente hablando), y que en tus ratos de descanso eleves plegarias por las almas de los difuntos u otro tipo de bienes espirituales (7 en total).

No temas hacerlo por causa de la pandemia, parece ser que la dichosa pandemia es selectiva; en discotecas, antros y centros comerciales no se hace presente. Tù mantén las medidas de higiene y evita las aglomeraciones, pero sin escrúpulos. No temas amar a tu próximo, y para darle un obsequio no necesitas abrazarlo ni tampoco tratarlo como leproso. No sea que tu justicia se asemeje a un trapo sucio, porque esa es la justicia con la que te presentaràs ante el Rey de todo. 

En cierta ocasión, un reportero le dijo a sta. Teresa de Calcuta que èl no tocarìa a un leproso ni por todo el dinero del mundo, y ella le responde: “yo tampoco, pero por amor sí lo harìa”. Con esto no te llamo a la falta de prudencia, mas no sea que por cuidar de tu cuerpo descuides tu alma.

¡Estèn prevenidos!

Josè Mendoza

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