"¿Es lícito al hombre divorciarse de su mujer?".
Ellos dijeron: "Moisés permitió redactar una declaración de divorcio y separarse de ella".
"El que se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra aquella; |
y si una mujer se divorcia de su marido y se casa con otro, también comete adulterio". Quiero hace notar que Jesùs habla de "licitud" o sea de Ley natural:
La ley moral natural, según santo Tomás de Aquino, "no es otra cosa que la luz de la inteligencia infundida en nosotros por Dios. Gracias a ella conocemos lo que se debe hacer y lo que se debe evitar. Dios ha donado esta luz y esta ley en la creación"
(Veritatis Splendor, n. 40; cf. también Catecismo de la Iglesia católica, nn. 1954-1955).
Se le llama ley natural porque todo ser humano está sujeto a ella ya que contiene sólo los deberes que son derivados de la misma naturaleza humana y porque su esencia puede ser captada por la luz de la razón sin ayuda sobrenatural.
Ahora bien, la ley entendida por los fariseos era la de una cultura que negaba la dignidad igualitaria del hombre y la mujer.
En cambio, Jesùs, exhorta a los apóstoles a guardar la dignidad de ambos buscando el bien segùn el precepto divino dado a nuestros primeros padres.
Leamos Mc 10, 2-16
"El que se divorcia de su mujer (...) si una mujer se divorcia de su marido"
Nótese que la dinàmica sobre el señalamiento contra el adulterio se aplica para el hombre y para la mujer (dignidad por igual)
La clave para entender lo que Dios quiere de la fidelidad a sus preceptos se dicta en al final de la 2a lectura, sabiendo que la voluntad de Dios quiere salvarnos y que seamos santos e irreprochables:
"Porque el que santifica y los que son santificados, tienen todos un mismo origen. Por eso, él no se avergüenza de llamarlos hermanos"
(Esto también sirve para todo bautizado)
Finalmente, hemos de mencionar las funciones del matrimonio: Unitiva, procreativa y educación de la prole... eso es tema para otra ocasión.
Josè Mendoza, op
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