¿Es tu casa un lugar donde quien llega se siente acogido? ¿Còmo anda nuestro trato humano con los demàs? Si Jesùs llega en màs de un acasiòn, segùn nos narran las Escrituras, a casa de estas hermanas es porque ahi se sentìa bien. Es decir, no era maltratado ni cuestionado insulsamente. Podemos estar en casa y no sentirnos en nuestro hogar (El vino a los suyos y los suyos, no lo recibieron).
Maria (la contemplativa) y Marta (la activa), ambas realidades son necesarias en perfecto equilibrio. No hacer es malo porque no resuelve nada, y no contemplar u orar es como tragar aire para almorzar.
Muy sintético lo dice el Maestro de la Orden, Fr. Gerard Francesco Timoner: “Misiòn no es lo que hacemos, es lo que somos”, esto sòlo es posible cuando nuestro hacer refleja nuestra contemplaciòn, esa cosmovisiòn que se adquiere al ver, oír y hablar con Dios.
Del resto nos podemos jactar como hacen los necios, pero no reflejamos lo que presumimos pues carecemos de lo necesario.
Josè Mendoza, O.P
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