La paràbola de hoy nos recuerda que, el acento no se debe poner en la riqueza, sino en la mala utilizaciòn que hacemos de nuestras riquezas. El otro punto es que el rico es rico, por diversas razones. De ahí que, riqueza puede ser en muchos sentidos, no exclusivamente lo material. El tiempo, el conocimiento, la fuerza, la salud, la vitalidad, etc. Son ejemplos de riquezas. La pobreza es carecer de lo que me permita una vida digna, o bien, reconocerse por debajo de la superioridad de alguien (es el caso de la pobreza espiritual)
Quien posee un par de zapatos, aunque sean maltrechos, es rico a la par de quien anda descalzo, y quien come aunque sea una cosa poca es rico al lado de quien tiene dìas sin probar alimento. ¿Y quien lo posee todo sino es Dios? Entonces, todos somos pobres, unos màs y otros menos cargados de equipaje.
Mis abundancias son para darlas y compartirlas en satisfacciòn del hambre y necesidades de los demàs, sea cual sea el tipo de apetito. No se trata de regalar tus cosas ni de mantener al vecino, sino de ayudarle en la mendida de nuestras posibilidades.
Pidamos en este día al Señor, que nos conceda el don de la generosidad para con nuestros hermanos necesitados de aquello de lo que yo puedo dar, puesto que esta vida humana es para prepararnos a la vida eterna. De lo que aca hagamos dependerà nuestro estado de eternidad, llamados Cielo o infierno.
Josè Mendoza