domingo, 24 de noviembre de 2019

¡Viva Cristo Rey!

En la solemnidad de Cristo Rey, cuando todos gritamos con alegría "Viva Cristo Rey del Universo", me viene a la mente el tema que antes traté sobre la escala de Valores que motiva las desiciones de cada uno de nosotros. 

Por que si decimos que Cristo reina, esto es verdad, pero no reinara mientras nuestros corazones sigan en la envidia, la codicia, las ideologías, el rencor, la murmuración, la fornicaciòn, el adulterio, los homicidos y asi, inmerso en tantos vicios e idolatrías. 

No seamos hipócritas ni caigamos en el activismo religioso y mejor pensemos en cómo vivir esta Adviento de la manera màs coherente posible con la ayuda de Dios (confesión, comunión y obras de misericordia)

No es una solemnidad màs, no es un Adviento màs, es el Adviento que hoy tengo en puerta... ¿Cual es tu propósito para vivir bien este tiempo que se avecina?

Josè Roberto Mendoza

domingo, 17 de noviembre de 2019

¡Quièn no trabaje, que no coma!

Las palabras de Sn. Pablo nos tienen que hacer pensar en como estamos llevando nuestra vida y preparándonos para el Adviento. ¿Como estamos trabajando nuestras almas? ¿Estamos aprovechamos el tiempo presente? ¿En què manera nos hemos comprometido a cumplir nuestros deberes con la fe, la esperanza y la caridad? 

Dios no premia la holgazanería ni la negligencia, mientras que, para el justo, la luz del sol brillará. 

Es muy sencillo aliar estos dos aspectos. El justo brillará por haber trabajado su fe manifestada en obras concretas, el perezoso, en cambio, no recogerá nada porque nada ha hecho para su salvación. Este último quiso quedarse cómodo y conforme en sus ideologías, en sus honores y en sus bienes. 

Hay que esperar en el Señor y creerle a su Palabra, pero perseverando en la oración, en los sacramentos y en nuestra formación integral. 

De lo contrario, el que no haya formado seriamente su alma en los preceptos de la fe católica, no comerà del pan de la Vida Eterna. Y su negligencia le llevará a comer su propia condenación. 

"El que nada hace, mal hace"
(Fray Federico Gonzàlez, OP)

Josè Roberto Mendoza





domingo, 10 de noviembre de 2019

¿Por què vas a misa?

En las lecturas de hoy vemos (1a lectura) que los hermanos Macabeos, sabían ver su lugar en la historia, que era ser fieles a las leyes que Dios había instituido para los Israelitas, una fidelidad que les lleva incluso a soportar el martirio y morir, pero no una muerte vergonzosa sino con la esperanza y fe puestas en que Dios les recusitarà para la vida Eterna. 

Estar preparados para la vida eterna conlleva tener conciencia de nuestra relación cual hijos de Dios.

Dios no es Dios de muertos sino de vivos. Pero las personas perniciosas viven de sus deseos mundanos, de sus criterios mundanos y de su praxis mundana, viven como cerdos revolcándose en el charco de sus inmundicias, de sus ideologías marxistas, de sus tendencias homosexuales, de su pederastia, su alcoholismo, drogadismo, homicidos, robos, corrupción, herejìas, mentiras, murmuraciones, adulterios, fornicaciòn... como dije, en el charco de sus inmundicias.

¿Por què vamos a misa los domingos? ¿Estamos conscientes de dar testimonio de nuestra fe a costa de nuestra propia comodidad o conformismo al salir de misa dominical? 
Podemos decirlo de forma muy pía, pero poco seria. Mejor veamos los verdaderos fines de la Eucaristía: 
1) Dar alabanza a Dios. 
2) Pedir perdón de los pecados propios y de otros. 
3) Pedir por las necesidades propias y de otros.
4) Dar acción de gracias a Dios.

Creo que esto es lo màs que puedo decir por hoy, espero tengan una semana en la gracia del Altìsimo y no dejemos de pedir por nuestros hermanos del Clero y por nuestras necesidades.

josè Roberto Mendoza







domingo, 3 de noviembre de 2019

Fidelidad y bondad

Las palabras de Jesùs son fieles en su cumplimento y bondadosas en sus obras para con los pecadores. Asi nos lo enseña el Evangelio de hoy. Vemos a Jesùs posando sus ojos en un publicano, hombres corruptos enriquecidos a costillas de los demás, pero Jesùs decide ir a su casa y comer con èl, compartir en familia. La salvación llega a la vida de Zaqueo, cosa que se traduce en obras de misericordia, justicia y penitencia. 

Todo eso se ve bien y se siente magnífico, pero, seamos honestos, no siempre sentimos la bondad de Dios ni creemos en sus palabras. De lo contrario, nadie andaría por ahi frustrado o molesto. 

¿Esto es culpa de Dios? No. Es culpa nuestra por no cimentar nuestra vida en la oración, en los sacramentos y en las obras de misericordia, pensando solamente en lo contingente y nunca en prepararnos para la eternidad. El que vive para lo material gozará de pan ahora y sufrirá de hambre para mañana, y muchas veces, ni siquiera del pan.

Sn. Martìn es un ejemplo de esta confianza que todos debemos manifestar a Dios. Confiar como niños, no como esclavos. 

Dios es nuestro Padre, nos ve, nos oye, nos tiene paciencia a pesar de nuestras faltas, perdona nuestros pecados cuando nos arrepentimos y hacemos la enmienda que se nos ha mandado. Cuando la conversión llega a nuestra vida es lógico que busquemos abandonar las cosas del ayer. Asi como hizo Zaqueo. Pero no siempre pasan de buenas intenciones. 

Vivamos en la actitud de hijos de Dios, hijos agradecidos y, pidamos a diario tener plena confianza en la bondad del Señor para no desperdiciar nuestra vida en cosas vanas que ni edifican ni nos inspiran a confiar. Vivir así es sufrir en balde. 

Sn. Martìn de Porres (Fray Escoba)... ora pro nobis.

Josè Roberto Mendoza