domingo, 17 de noviembre de 2019

¡Quièn no trabaje, que no coma!

Las palabras de Sn. Pablo nos tienen que hacer pensar en como estamos llevando nuestra vida y preparándonos para el Adviento. ¿Como estamos trabajando nuestras almas? ¿Estamos aprovechamos el tiempo presente? ¿En què manera nos hemos comprometido a cumplir nuestros deberes con la fe, la esperanza y la caridad? 

Dios no premia la holgazanería ni la negligencia, mientras que, para el justo, la luz del sol brillará. 

Es muy sencillo aliar estos dos aspectos. El justo brillará por haber trabajado su fe manifestada en obras concretas, el perezoso, en cambio, no recogerá nada porque nada ha hecho para su salvación. Este último quiso quedarse cómodo y conforme en sus ideologías, en sus honores y en sus bienes. 

Hay que esperar en el Señor y creerle a su Palabra, pero perseverando en la oración, en los sacramentos y en nuestra formación integral. 

De lo contrario, el que no haya formado seriamente su alma en los preceptos de la fe católica, no comerà del pan de la Vida Eterna. Y su negligencia le llevará a comer su propia condenación. 

"El que nada hace, mal hace"
(Fray Federico Gonzàlez, OP)

Josè Roberto Mendoza





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