domingo, 29 de diciembre de 2019

El Silencio de la Sagrada Familia

Hoy conmemoramos a la Sagrada Familia de Nazareth, ¡cuànta importancia tiene para Dios la familia! y esto es así porque Jesùs quiso tener una.

Preguntèmonos como van las familias hoy, y si nuestra pertenencia es reflejo de lo que debería ser. 

Hoy la familia esta en peligro, y la amenaza el nuevo Herodes llamado "Ideología del Gènero". Èste y sus adeptos son los asesinos de la familia, de los sanos valores y educación de la prole, y de la seguridad jurídica de que debería gozar no complaciendo caprichos de homosexuales y feministas traumadas. 

Seamos serios y maduros al afrontar la realidad en que vivimos, nos movemos y existimos. 

Jesùs le dedicò treinta años de su vida a la familia, años en los que el silencio es protagonista, y los tres restantes los dedicò a su ministerio público. 

Oremos por las familias: la mía, la tuya y las del mundo entero; para que, por intereciòn de sn. Josè y de Marìa Santìsima, Jesùs habite en el seno de la nuestra, y podamos así vivir de manera coherente y valientemente los preceptos cristianos en familia.

Recuerda, familia que reza unida permanece unida.

Josè Roberto Mendoza

domingo, 22 de diciembre de 2019

Josè, hombre justo

La palabra clave del dìa de hoy sobre la persona de Josè es "Integridad". Se dice en las Escrituras que es hombre justo, sabe dar a cada quien lo que le corresponde, el primero es Dios. 

Sn. Josè se ve en una encrucijada, una situación de la que muchos, que si son responsables, ¡huyen!, èl en cambio, al ver que Maria esta encinta, no la denuncia. 
¿Habrá pensado mal de Maria? lo dudo porque entonces dejaría de ser justo, pero de cierto que los textos no dicen nada al respecto. Sin embargo, basta ver su actitud e interès en que ella no sufra daño alguno; muy a pesar de ser èl quien quedarà machado en su buen nombre.

Quizás se privò del placer carnal con ella, al cual tenía derecho, y es màs, asumió la responsabilidad de un hijo que no era suyo. 

Y a pesar de todo lo anterior, Josè cumple como padre adoptivo y esposo fervoroso. Eso es integridad.

Una hermosa virtud que debemos y podemos imitar. Josè no dice nada, los evangelios no registran palabra alguna, pero sus hechos hablan por èl. 

Pidámosle al Señor, que por intercesión de este santo varón podamos nosotros también alcanzar esa integridad que merece tener nuestro testimonio si decimos ser cristianos.

Por cierto, ¿Què dicen tus hechos de tì?

Josè Roberto Mendoza



domingo, 15 de diciembre de 2019

¡Alégrate!

Hemos llegado al tercer domingo de Adviento, cosa que no es ningún secreto para quien vive en el tiempo de la Iglesia. 

En este domingo, se nos invita a estar alegres por la venida del Salvador, no a la alegría efímera de nuestra confianza en lo terreno y perecedero. Tampoco es la alegría carente de problemas, preocupaciones y demás, esa, más bien seria comodidad. 

La Venida del Mesìas nos exhorta a reflexionar en como va mi vida, mis añoranzas, mis criterios, etc. 
No podemos decir "ven Señor, Jesùs", si nuestro corazón no es coherente para recibirle (el corazón son nuestras intenciones), de ahi que las obras de caridad se convierten en los ladrillos con que construimos la casa para alojar a nuestro Salvador. 

¡Alegremonos!, pues nuestra confianza esta en el Señor, que hizo el cielo y la tierra. Ciñamonos de penitencia con un rostro lleno de gozo, pues ninguna de nuestras lagrimas quedará sin ser atendidas por la Divina Providencia. 

Ya puestos en pie ante el pesebre, recordemos nuestra miseria y a què ha venido ese niño que se privó de lo mucho para dárnoslo todo, que se da como regalo por el infitino amor que profesa hacia su criatura caida en el pecado, nosotros.

Pienso en esto: "yo soy digno de sufrir e índigno de la recompensa", màs Dios nos ama infinitamente tanto, que nos ha dado al Salvador de las almas, para que todo aquel que en èl crea, no se pierda y tenga la vida eterna.

Concluyo con esto, cuando pensemos en los pobres, sepamos que no hay nadie màs miserable que un pecador. Pero en lo posible, asistamos a las necesidad materiales y afectivas de nuestro prójimo. 

Josè Roberto Mendoza

domingo, 8 de diciembre de 2019

La austeridad

Hoy toca hablar de la austeridad, tomando como ejemplo a Juan Bautista. La austeridad es propia de gente sencilla, es decir, sin delirios de grandeza material o espiritual, que asume su realidad humana y sus condiciones  no como algo que lamentar sino cuales medios para llegar a Dios. Austeridad y pobreza pueden ser sinónimos mas no condiciones. Una persona puede carecer de lo necesario pero vivir de forma codiciosa y bajo la envidia, o puede tener lo necesario y no aspirar poseer lo grande, lo ùltimo, pues su corazón no carece de lo necesario; esta persona ha comprendido que la vida temporal es un viaje no la estancia definitiva. 

La usteridad permite que nuestro corazón esté en los bienes eternos màs que en los terrenos, vivir de manera libre, feliz y agradecidos en el dìa a dìa, y de forma maravillosa, predicando con el ejemplo, la alegría de la Parusìa.

Pregunta: ¿Còmo va tu austeridad en estas fechas donde el consumismo se convierte en el sustituto de Dios? ¿Te has dejado conquistar por este dios pagano? ¿Piensas, antes de un gasto innecesario, en la gente que bien podrìas ayudar con tu aporte, aunque no necesariamente econòmico?

Estas preguntas surgen de la moral circunstancial, pero si vamos a trasfondo, trabajar la virtud de la moderación te servirá para vivir con màs coherencia el adviento y a llevar tu vida de manera ordenada y armònica. 

Recuerda, eso que ahora estas derrochando, mañana lo vas a necesitar y no podrás disponerlo por tu indisciplina. 

Josè Roberto Mendoza

domingo, 1 de diciembre de 2019

¡Ven, Señor Jesùs!

Es increíble pero màs de alguno se ha puesto a pensar en este dìa sobre lo que cenará en Navidad. 

No quiero sonar pedante pero, aun no estamos en Navidad, màs bien iniciamos el tiempo litùrgico de Adviento, con el cual damos inicio al Año Nuevo Litúrgico.

La segunda lectura del apóstol Sn. Pablo, en los tres ciclos litúrgicos correspondientes a este tiempo (Año A, B y C), hablan de lo mismo: Firmerza de fe, amor y santidad. 

También Pablo nos exhorta a vivir el tiempo presente de forma coherente, absteniéndonos a dar rienda suelta a nuestras bajas pasiones, a confiar en el amor y la justicia divina. 

La Parusìa es otra cosa que tiene relación con este tiempo. El adviento no sòlo nos examina para llegar (tiempo menor) al tiempo mayor de la Pascua de la Natividad, sino que también, nos pone en alerta de vivir en la esperanza verdadera de la segunda venida del Hijo de Dios. 

Maranatha (Ven, Señor) no sòlo tiene relación con la Navidad, también con la venida definitiva, el fin de los tiempos y el establecimiento de la Nueva Jerusalén que es la Iglesia triunfante. Pero para eso, para llegar al triunfo, se ha pasar por el camino de la Cruz y la penitencia. 

En este tiempo hemos de preparar nuestro Soma, Psique y Neuma para la venida del Salvador, preparar el camino de nuestra alma para acogerlo en cada dìa, en cada liturgia, en cada Sacramento con todo el amor con que seamos capaces. 

Finalmente, Obras de Misericordia van de la mano con la oración, sino, ¿de donde tomarían su fuerza?.

Josè Roberto Mendoza