domingo, 20 de diciembre de 2020

4o Domingo de Adviento

 ¿Te has puesto a pensar en què poderle regalar al Señor? Esa duda nos la resuelve la Virgen Marìa en su “hàgase” de entrega generosa. Y es especialmente generosa porque no se reserva nada para ella. 

A Dios no le interesa nuestros bienes materiales, estos son ùtiles para amar a nuestro pròjimo ayudándoles en sus necesidades (no todas materiales) según nuestras posibilidades. Por eso digo que amamos a Dios en el pròjimo, como si fuera a nosotros mismos. 

Pero muchas veces somos poco agradecidos con Dios y menos generoso con nuestras ofrendas, y no me refiero a las meramente materiales. 

Dios desea nuestro amor y confianza en ese “Fiat”. Por eso Marìa es modelo de la Iglesia y de discípula de Dios. Pero, en nuestro caso, pudiera ser que no damos un SÌ generoso al Señor porque el mundo, el pecado y el demonio nos han creado la fantasía de un monstruo inmisericorde e indigno de nuestra confianza, y a eso le hemos llamado “dios”. 

Qué cada uno se evalúe en su relaciòn de amor y entrega a Dios, nuestro Señor. 

Estando a unos cuàntos dìas previos a la Navidad, oremos al Señor para que se prepare en nuestra alma un lugar digno, aunque maltrecho quizàs, pero que con todo el amor de que somos capaces se lo ofrecemos desde ya. 

Josè R. Mendoza

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