domingo, 23 de febrero de 2020

La misericordia debe ser extraordinaria

En este domingo hemos hablado de la misericordia, no es casualidad que estemos a las puertas del tiempo menor de la Cuaresma antesala del tiempo mayor de la Pascua. Pues bien, hoy el Señor nos ha dado un mensaje por demás clarísimo: "Den la otra Mejía". La Mejía de la no violencia. El criterio del mundo es lo contrario. Pero el vengativo olvida que la Misericordia divina reclama justicia divina. 

El Señor nos dice "Oyeron que se dijo ojo por ojo, diente por diente, màs yo (Jesùs) les digo... Y prosigue con un mensaje excepcional: "porque si aman a quien les ama, ¿què mérito tienen?, y si saludan a quien les saluda, ¿què de extraordinario es eso?.... Sean perfectos".

Eso quiere decir que la "misericordia" cómo hoy nos la quieren vender (que en realidad es mediocridad solapada y tolerancia hipòcrita) no es el mensaje de Cristo. La misericordia para que sea digna de mérito no debe simplemente tocar los aspectos políticos de "la buena educación y amabilidad", sino ir a lo extraordinario, para agradar a Dios quien ve lo que hay en lo secreto de nuestro corazòn. 

Que nuestra penitencia, limosna, ayuno y abstinencia sean de forma extraordinaria, es decir, no un hacer por hacer en una cuaresma màs. Sino que amando y perseverando, seamos fieles a Dios en su Palabra y dóciles a sus inspiraciones. Ama a Jesùs y de ahi a tu pròjimo, ama a Jesùs sirviéndole en tu pròjimo. 

Josè Mendoza.




domingo, 16 de febrero de 2020

El don de la libertad

Puedes elegir entre el fuego y el agua, segùn lo que escoges así será lo que recibas. Puedes hacer lo que quieras, pero recuerda, Dios a nadie le ha dado permiso de pecar. 

La libertad es un don tan maravilloso que nos puede hacer libres para amar o esclavos de nuestras bajas pasiones. 

Cualquiera en su sano juicio dirá, ¿por què elegiría el fuego si me voy a quemar?, mejor el agua que es fresca y sacia la sed.

Esto es fácil decirlo cuando conocemos los efectos de nuestra elección. Pero no siempre es así, entonces, ¿por què elegimos el mal si sabemos que el bien es màs apetecible? porque, si nuestra inteligencia esta nublada por la ignorancia y nuestra voluntad esta encadenada por la negligencia con que nos escudamos para no dedicar tiempo al estudio de la ciencias sagradas, lectura bíblica y oración (sacramental y personal), difícilmente poseeremos la luz que nos indique el camino. 

Por tal razón, es importante formar nuestros sentimientos y escala de valores, no sòlo el intelecto. No sea que después seamos expertos en constituciones, decretos, reglas, etc. (cosa que esta muy bien), pero a la vez seamos incapaces de mover un dedo por cumplir con nuestros deber cristiano, en tal caso nuestra justicia no sería mejor a la de los Escribas y Fariseos (seríamos cristianos de mera apariencia).

Entonces, segùn la escala de valores que poseamo así sabremos o creeremos poder distinguir entre el bien y el mal, y seguir dichas desiciones, asumiendo consecuencias para luego recapitular  en nuestras actitudes. 
Es lamentable decirlo pero, pudiera ser que muchas almas estarán en el purgatorio y/o infierno por pecados cometidos en la debilidad. 

En este domingo, Jesùs nos invita a pensar en como ejercemos nuestra libertad y valorar este don cual anticipó de los bienes eternos de los cuales gozaremos si elegimos al Sumo Bien por enciman de nuestras pasiones. Quien no es capaz de quitarse esas cosillas que le atan al mundo y le alejan de Dios, serà echado con todo su cuerpo al Fuego Eterno. 

Repito, Dios a nadie le ha dado permiso de pecar. No creamos que por no saber si estoy pecando (tenemos los Mandamientos y la Ley natural), ya por eso, estoy justificado. 

Josè Mendoza




domingo, 9 de febrero de 2020

Sal y luz

No sè si les ha pasado que al comer algo con abundante sal, les provocó ardor en la boca o la lengua. Es de cultura saber que antes de los avances en traumatologia, las heridas se cauterizaban con sal. Entonces, la sal tiene un valor purificador/sanador. 

El texto del Evangelio de hoy nos manda a ser sal y luz. 

Sal que quema las lenguas mentirosas y luz para acabar con la oscuridad de la ignorancia, de las ideologìas y de la doblez moral.

Ser sal y luz equivale a tener equilibrio y coherencia. Para que nuestro testimonio sea congruente con nuestras palabras y, predicando la salvaciòn en Jesucristo, no perdamos nuestra esencia ni seamos còmplices de la oscuridad. 

Hay que tener valor y honradez para anunciar y denunciar. 
Que nuestra forma de ser y proceder llame a otros a la conversiòn, predicando asì con nuestra vida y de ser necesario con palabras.

Termino de manera que se pueda entender. Vivamos en la Verdad caminando segùn los preceptos de Dios y leyendo el diario acontecer con el discernimiento que sòlo nos pude venir iluminado por la oraciòn cotidiana y sacramental.

Seamos religiosos segùn los preceptos cristiano- dogmàticos, haciendo valer las 14 obras de Misericordia como una manera distintiva de ser católicos, no lo seamos simplemente del diente al labio.

Josè Roberto Mendoza

domingo, 2 de febrero de 2020

Fiesta de la Presentación (4o misterio Gozoso)

Hoy celebramos la fiesta de la Presentación, Jesùs es llevado al templo y tras pagar la ofrenda debida, se cumple con lo que todo judìo debía hacer. 

Claro, Josè y Marìa son pobres, por tanto pagan el tributo adecuado para ellos. 

Pero, detengamonos a pensar por un momento en los padres del Niño Jesùs. A Maria se le anuncia, por boca del ángel, que el niño en su vientre es fruto del Espíritu Santo, y por tanto es el Hijo de Dios. A Josè se le anuncia que el niño en el vientre de Marias es fruto del Espiritu Santo, por tanto es Hijo de Dios. 
Entonces, ambos saben segùn la tradición oral y por la revelación hecha a cada uno que, ese niño, es el Mesìas. 

¿Te imaginas la humillación para los padres de Jesùs? 

¿Què dirías tù si fueras Josè?... hipotéticamente: 

¡Còmo es posible que mi hijo, el enviado a redimir a toda Israel, deba pagar tributo!

¿Què dirìas si fueras Marìa?... hipotéticamente:

¿Purificación?, ¡pero si soy vìrgen, en que cabeza cabe! 

Poco pensamos en la humildad de Josè y Marìa.

En este dìa la luz se manifiesta a toda Israel, y con ellos, a toda la humanidad. La presentación del Niño es, por tanto, motivo de festejo. (recuérdalo cuando reces los misterios gozosos del Sto. Rosario)

Pidámosle al Señor nos conceda un corazón manso y humilde como el suyo.

Josè R. Mendoza