En este domingo hemos hablado de la misericordia, no es casualidad que estemos a las puertas del tiempo menor de la Cuaresma antesala del tiempo mayor de la Pascua. Pues bien, hoy el Señor nos ha dado un mensaje por demás clarísimo: "Den la otra Mejía". La Mejía de la no violencia. El criterio del mundo es lo contrario. Pero el vengativo olvida que la Misericordia divina reclama justicia divina.
El Señor nos dice "Oyeron que se dijo ojo por ojo, diente por diente, màs yo (Jesùs) les digo... Y prosigue con un mensaje excepcional: "porque si aman a quien les ama, ¿què mérito tienen?, y si saludan a quien les saluda, ¿què de extraordinario es eso?.... Sean perfectos".
Eso quiere decir que la "misericordia" cómo hoy nos la quieren vender (que en realidad es mediocridad solapada y tolerancia hipòcrita) no es el mensaje de Cristo. La misericordia para que sea digna de mérito no debe simplemente tocar los aspectos políticos de "la buena educación y amabilidad", sino ir a lo extraordinario, para agradar a Dios quien ve lo que hay en lo secreto de nuestro corazòn.
Que nuestra penitencia, limosna, ayuno y abstinencia sean de forma extraordinaria, es decir, no un hacer por hacer en una cuaresma màs. Sino que amando y perseverando, seamos fieles a Dios en su Palabra y dóciles a sus inspiraciones. Ama a Jesùs y de ahi a tu pròjimo, ama a Jesùs sirviéndole en tu pròjimo.
Josè Mendoza.
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