domingo, 10 de enero de 2021

El Bautismo del Señor, Fiesta.

El bautismo es un evento maravilloso en la vida de cada cristiano, por razones que bien sabemos. Pero en este día no quiero poner el punto de atención en recordar nuestro bautismo, sino en el acontecimiento central que se da en la narración. 

Podríamos preguntarnos, ¿es una Epifanìa o una Teofanía? De cierto que se manifiesta Dios en las tres personas de la Santisima Trinidad, pero el punto culminante del evangelio leìdo hoy son las palabras del Padre hacia el Hijo: “Tú eres mi hijo muy querido, en ti tengo puesta toda mi predilección” (Mc , 1, 7-11. Biblia Straubinger)

Ante esta revelación resulta imposible no impactarse por la riqueza de contenido al leerlo en contexto, pues si alguien quiere dudar de la naturaleza divina y humana de Jesucristo, es el Padre Celestial quien nos esta afirmando que Jesucristo es Hijo de Dios (su Hijo amado), por tanto es de la misma naturaleza que el Padre (por quien todo fue hecho) y semejante a nosotros en todo, menos en el pecado. 

¿Crees en Dios pero no le crees a Dios? 

Al anotar este punto el resto se entiende con facilidad, si Jesús es la cabeza de la Iglesia y nosotros su cuerpo mìstico, somos herederos de esta relación filial por adopción, hemos sido hechos desde nuestros bautismo en “hijos en el Hijo”. Porque antes del bautismo trinitario o sin este, somos criaturas de Dios.

Lo que falta es ir y hacer valer este bautismo que nos ha sido dado como un regalo del Cielo. 

Madurando la fe, caminado en la esperanza y obrando en la caridad, mediante los sacramentos de la Confirmaciòn, Penitencia y Eucaristìa, todos estamos llamados a formarnos en la Sana Doctrina, para luego ir y anunciar a todos la Buena Nueva. 

José R. Mendoza

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