domingo, 17 de enero de 2021

II Domingo del TO

 El discipulado (cristiano) exige conocer al maestro (Jesùs), no basta saber como se llama. Eso lo sabe cualquiera. Muchos confunden esos términos, creen ser discìpulos de Cristo solo porque saben su nombre e historia, los demonios también lo conocen mas no le aman. 

El discipulado cristiano conlleva una relaciòn personal con aquel a quien llamamos Maestro. Y esa relación exige perseverancia para ir descubriendo, en el día a día, la voz del Señor que nos revela su voluntad. Esto, a su vez, exigen conocer y profundizar en la Sana doctrina, no en leer temas aislados y/o escogidos aleatoriamente, sino en un proceso integral.

Si nuestro cuerpo es instrumento para servir y amar a Dios y al prójimo, la fornicación (sinònimo de prostitución) deben entenderse como “acto idolatrátrico”, siendo que le damos a los bienes terrenos un apego desordenado, lo cual nos hará olvidar que el seguimiento de Cristo consiste en un abandono generoso de toda nuestra vida, no solo de nuestros bienes materiales y o corporales.

Para terminar, la pregunta de Jesùs a sus discìpulos es válida para que nosotros la reflexionemos durante la semana que iniciamos hoy: 

“¿què buscan?”

Jose R. Mendoza

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