martes, 30 de diciembre de 2014

Lc. 2, 22.36-40

Con ayuno y oraciones, la profetiza Ana, hija de Fanuel, de la familia de Aser, se preparaba para recibir al Señor. Ella le reconoce y se regocija, y luego le anuncia ante quienes tiene cerca.
¡En hora buena!, el Señor esta entre nosotros y nos muestra su misericordia, dándose en toda su majestuosidad como aquel que habìa de venir, el niño nacido de Marìa Vìrgen, para la remisión de los pecados.
Nosotros tambièn preparémonos para servirle dignamente con ayuno y oraciòn, dispuestos a santificar el Templo de nuestro cuerpo, en donde el Niño desea residir siempre. Y así, tambièn, hablemos a otros de las maravillas que el Señor ha hecho en nuestras vidas. Hablando con Dios y de Dios.

Josè Miranda, laico dominico

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