En la primera lectura (del profeta Isaias), hemos repasado durante la semana el Poema al Siervo Sufriente de Yahvè, esto nos confronta y da pie a la pregunta que cada persona se ha hecho en màs de una ocasión de su vida, el sentido del dolor humano.
Pues bien, Dios ha estado cercano a su criatura desde el principio, y en Jesucristo nos ha hecho partícipes de los misterios de su gracia. Tanto así que èl mismo quiso asemejarse a nosotros en todo, menos en el pecado, para que sepamos que nunca estamos solos.
Pues bien, Dios ha estado cercano a su criatura desde el principio, y en Jesucristo nos ha hecho partícipes de los misterios de su gracia. Tanto así que èl mismo quiso asemejarse a nosotros en todo, menos en el pecado, para que sepamos que nunca estamos solos.
Te invito a leer la Carta Apostólica Salvifici Doloris, sobre el sentido cristiano del sufrimiento humano.
« Suplo en mi carne —dice el apóstol Pablo, indicando el valor salvífico del sufrimiento— lo que falta a las tribulaciones de Cristo por su cuerpo, que es la Iglesia ».
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Puedes buscarla en la página www.vatican.va
Josè Mendoza
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