El Señor ha resucitado verdaderamente, aleluya. A èl la gloria y el poder por toda la eternidad, aleluya, aleluya.
Es poco lo que puedo aportar en este dìa, sòlo me quedo con el mensaje de esperanza que el Papa Francisco nos ha dado en la Bendición Urbi et Orbi.
Abramos el corazón a la esperanza, tenemos el derecho a tener esperanza, aun en la hora màs oscura, pues la luz de Cristo nos ilumina. Es la certeza de que todo irá bien, no como un vano optimismo ni una fórmula mágica. Sino en Cristo, en quien ponemos nuestra esperanza, porque èl es Señor de la vida y puede hacernos renacer a la Vida Eterna.
No dejemos que el miedo nos paralice, como nos dice Jesùs: "no teman, no tengan miedo".
Josè Mendoza
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