martes, 31 de marzo de 2020

EN CUARENTENA, ¿has murmurado en contra del Señor?

Para los que predican la visión infantil de una misericordia sin castigo y de un Dios que caza pecados, ambas garrafales maneras de entender el Evangelio, ahora se nos habla de dos cosas en particular: Misericordia y justicia divinas.

Los israelitas en el desierto, a pesar de tener la presencia del Señor y su auxilio (la Eucaristía y los demás Sacramentos, segùn nuestro caso), estos ingratos vociferaban en contra del Señor, queriendo regresar a su vieja vida de pecado, sin aparente pena moral ni consecuencias, una vida de disfrutes y pleno libertinaje (no libertad); Entonces, El Señor, les manda las serpientes para que los muerdan (Dios no quiere que sufran pero sabe, pues los conoce, que sòlo así se corregirían), aconteció que muchos murieron a causa de su impiedad y los que se arrepentían eran sanados al ver la vara que yacía enterrada en la arena en posición horizontal (prefigura del madero de la Cruz)

Ojo, no estoy afirmando ni negando que la actual pandemia del Coronavirus sea semejante a lo que les pasó a ellos. El que tenga oídos, que oiga. 

En el Evangelio sucede algo similar, Jesùs advierte a los judìos que todo aquel que no crea en èl ni se convierta (viviendo en obediencia a su Sana Doctrina), morirá en pecado. Concuerda con la sentencia: "Seran juzgados según sus obras". Quién niega que Jesùs es Dios, niega todos los demás dogmas, y quien niega uno de los demás dogmas, también niega que Jesùs es Dios. 

Misericordia y Justicia divina se reclaman mutuamente, pues si no vivimos en el Temor a Dios nos ganamos el castigo para corregirnos, pero cuando corregimos nuestro caminar con un sincero corazón arrepentido, amando libremente a Dios y al pròjimo en actos concretos de misericordia, podemos aminorar el tiempo de la tribulación. 
No se desprecia la corrección pues es bien para nuestra alma, como tampoco se duda de la intervención divina para aminorarla, pues si confiamos en que Dios nos ama a pesar de nuestras faltas y le pedimos con un corazón contrito, el intervendrá. 

Asi es, mis amados hermanos, que cada uno se evalúen y piense si quiere que esto acabe ya para seguir con sus mismas actitudes pecaminosas, o bien, si esta usando el tiempo presente para acercarse al Señor, conocerse mejor así mismo, arrepentirse, ser penitente con ayuno-limosna-caridad, para luego, salir purificados de la tribulación. 
Pero, si eres de esos que está de vacaciones en casa, preocupado   exclusivamente de los asuntos de la vida terrena... ¡allá tù!

Recuerda, toma distancia del pecado, evita la compañía de quienes te hacen caer en el mal camino, lávate seguido con el agua de la gracia que brota de la confesión Sacramental, para luego fortalecerte con el alimento Eucarístico. Asi evitaràs la condenación de tu alma.

Josè Mendoza


lunes, 30 de marzo de 2020

EN CUARENTENA, ¿acoges tù tambièn el llamado a la conversión que Jesùs nos hace hoy?

Reflexionando los textos del dìa de hoy y a la Luz de la Revelación, no es difícil notar las similitudes entre la 1a lectura y el Evangelio. Sabemos, dicho sea de paso y si somos estudiosos de las Sagradas Escrituras,  que ambas lecturas, por lo general, se hallan concatenadas. 

Hoy se nos narra sobre el juicio injusto que hacen los ancianos hacia una mujer pecadora. Y del consejo que Jesùs da a la mujer y la amonestación a los ancianos. 

¿Quién esta libre de pecado? ¿acaso tù?... porque yo, no lo estoy. El asunto aquí no es juzgar, sino màs bien, como dice Daniel, no juzgar si antes gozar de los elementos necesarios para hacer un juicio acorde a la ley de Dios. 
Podemos ver lo que a nuestro antojo nos parece correcto o incorrecto, pero en la Revelación por ningún lado se nos dice que el gusto u opinión particular sea la vìa idónea en temas de Moral y de Doctrina. 

A buen entendedor, pocas palabras... "yo tampoco te juzgo, vete y ya no vuelvas a pecar". Es un claro llamado a la conversión que Jesùs nos da, ya que luego de darnos su perdón en el Sacramento de la Reconciliación, somos libremente responsables de nuestras acciones.
Josè Mendoza

domingo, 29 de marzo de 2020

EN CUARENTENA, ¿Estas viviendo segùn el Espiritu?

Me llama la atención como, según describe el Evangelio, preparaban los judìos a sus difuntos, "amarrados de pies y manos con una venda, y la cara envuelta en un sudario".

¿Acaso el pecador no anda como un muerto espiritual atado en su voluntad, de manera que su caridad no es perfecta?, ¿Acaso no anda, también, con el rostro tapado haciéndosele imposible ver y entender con la inteligencia que sòlo puede ser iluminada por la fe y la Sana Doctrina? 

Vivamos segùn el Espíritu, es decir, aunque nuestro cuerpo se halle sujeto a la muerte por causa del pecado, nuestro espíritu vive a causa de la actividad salvadora de Dios. Por tanto, no podemos vivir, o seguir viviendo, de manera desordenada y egoísta.

"Jesùs lloró", con esto, indudablemente, se manifiesta que Dios es cercano a sus hijos. No sòlo nos ve y escucha, también esta ahi sufriendo a nuestro lado.

Recuerda, ésta como otras tantas dificultades han ser para darle la gloria a Dios, pero no se puede obrar de tal forma si somos negligentes y egoístas con Dios y el prójimo. 

El Decálogo de la Ley de Dios, los mandamientos de la Iglesia, el Dogma y las 14 obras de Misericordia no existen por mero adorno. 

Josè Mendoza




sábado, 28 de marzo de 2020

EN CUARENTENA, ¿juzgas como fariseo?

La manera de interpretar la ley, segùn los Fariseos, la esclarece Nicodemo: "Acaso nuestra ley condena a un hombre sin oírlo primero y sin averiguar qué ha hecho?".

En la sociedad actual nos portamos como dueños de la Verdad agrediendo a quien nos contradiga, tachando de fundamentalistas o inmisericorde a quien sea, pero recordemos que cuando se trata de Doctrina católica, la opinión particular no vale. 

Sin embargo, llenos de la sin razón, muchos prefieren juzgar y condenar a una persona, levantar falsos sin tan siquiera oírle ni saber que ha hecho. 

Sobre estos cae la súplica del profeta Jeremías: 
"Ahora tù, Señor de los ejércitos, justo juez, que sondeas lo màs ìntimo del corazón, haz que yo vea tu venganza contra ellos, porque a tì he encomendado mi causa".

No olvides, juzgar require discernimiento, no sòlo de buenas inenciones ni sentimentalismo. Si juzgas para condenar a alguien por la mera razón que no te cae bien por como es, como vive o lo que dice, obras mal; si lo haces para esclarecer y comprender la Verdad, aunque con ello debas sacrificar tu orgullo, harás un gran bien a tu alma. 

En otra ocasión, Cristo nos ha dicho que no juzga como los hombres, pues no se basa en las apariencias. 

Ahora bien, fuera del contexto de la reflexión, un aspecto que no se puede dejar pasar en la exégesis bíblica es el sentido alegórico con que el profeta Jeremìas habla, en clave cristològica: 
Yo era como un manso cordero que es llevado a degollar, y no sabía lo que tramaban contra mì, diciendo: "Talemos el árbol en su pleno vigor, arranquèmoslo de la tierra de los vivos y que su nombre no se pronuncie jamás" (Jeremías 11, 18-20).

Josè Mendoza 



viernes, 27 de marzo de 2020

EN CUARENTENA, ¿conoces a Jesùs y de dónde ha venido?

En el evangelio de hoy vemos a Jesùs hablando con la Verdad, no negando su procedencia ni adornándola, es la forma màs correcta de afrontar esas situaciones en que nos piden callar para no ir en contra "lo políticamente correcto".

Las cosas se dicen por su nombre. 

Interesante es el proceder del malvado, cómo dicta el libro de la Sabidurìa en la primera lectura. Te invito a leerla para que te analices y corrijas, si en algo hallas necesidad de hacerlo. No te me vayas a ofender, no te estoy acusando de nada ni poniéndote tampoco en ningún pedestal, sòlo doy el mismo consejo de Sn. Pablo: "Oyelo todo y quédate con lo bueno".

La gente que cree conocerte, casi siempre sabe lo que por mera curiosidad a indagado, ni siquiera se ha tomado la molestia de hacerlo con un pensamiento crítico. 

Aprendamos de Jesùs a hablar en la justa medida, sin negar la Verdad ni adornarla. 
Así, que cada uno se mida y valué en su propia conciencia.  

Josè Mendoza

jueves, 26 de marzo de 2020

EN CUARENTENA, ¿estas aprendiendo el valor de la esperanza y la perseverancia?

Cada persona tiene que aprender el valor de la esperanza y la perseverancia. 
Y cada persona debe aprender humildemente que cae y se vuelve a caer, como le sucedió a Israel, que al sentirse afligidos por no ver las cosas a su gusto, volvieron a la idolatría. 

Si no has aprendido a ser un soldado de Cristo, padeciendo privaciones y humillaciones, no sabrás apegarte al Señor confiando de su misericordia. 

Las Escrituras son testimonio fidelísimo que El Padre hace del Hijo, y quien asume vivir como cristiano, busca no la gloria de los hombres, pues el  amor de Dios no habita en sus corazones si antes no han creído en el Hijo ni en su Doctrina; el cristiano vive en la búsqueda de la gloria que sòlo viene de Dios, es decir, vive de cara a Dios. 

He ahi el porque muchos viven a pura devoción popular pero sin tener en ellas a Cristo como principio y fin. No digo que tener devociones sea algo malo, pero si no te sirven para reavivar la fe en Jesucristo que sòlo puede brotar de su Palabra y de los Sacramentos, debes replantearte como has llevado tu vida religiosa, si ha sido segùn la Jerarquìa de Verdades o segùn tu jerarquía de opiniones. 

Josè Mendoza

miércoles, 25 de marzo de 2020

EN CUARENTENA, ¿Buscas la voluntad de Dios?

El que no honra al Hijo tampoco honra al Padre. 

Aquellos que perseguían a Jesùs eran los fariseos que veían como  èl violaba el precepto del sábado y llamaba a Dios "Padre suyo", igualándose así con Dios.

Jesùs nos habla con autoridad porque èl es la Verdad, y ha venido a cumplir la voluntad del Padre. Por tanto, cuando dice "los que hicieron el bien, resucitaràn para la vida; los que hicieron el mal, resucitaràn para la condenación". Esto no constituye ninguna falta de caridad ni atenta contra lo "políticamente correcto", es lo que el Padre ha mandado al Hijo a decirnos para nuestro bien. 

Y si nosotros nos llamamos cristianos, honramos al Hijo con nuestra obediencia a su Palabra y le imitamos haciendo el bien; esto es agradable a Dios. 

En esta cuarentena, la Iglesia nos ha dado herramientas de cómo vivir el Triduo Pascual, pero estar en cuarentena en el tiempo litúrgico de la Cuaresma no exime de hacer ayuno, limosna ni oración. Asi nuestra caridad la practiquemos en casa.

Invitemos a aquellos prisioneros por causa de sus vicios u otras tendencias antinaturales, a que  "Salgan" de ellas, y a los que están en las tinieblas de la ignorancia a causa de las ideologías o su propia negligencia, a que "vengan a al luz".

Josè Mendoza 

martes, 24 de marzo de 2020

EN CUARENTENA, ¿Quieres curarte?

Me encantó la descripción que hace el profeta Ezequiel sobre el agua que mana del templo (Dios) y en como èsta da frutos en abundancia por donde pasa; y asi, quien sigue el sendero de esta agua (La gracia que brota del bautismo) goza del alimento (Eucaritìa) y la medicina (confesión).  

Ahora bien, en el texto del Evangelio, Jesùs nos hace una sana advertencia para cuando recuperamos la gracia perdida a causa del pecado mortal: "Mira, ya quedaste sano. No peques màs, no sea que te vaya a suceder algo peor".

Interesante... 

Con esto, el Señor, nos advierte a no ir por ahi quitados de la vida cargando con el pecado como si se tratase de cualquiera suciedad en la ropa; luego, no nos quejemos de las cosa que nos suceden pues sino nos arrepentimos y corregimos, de poco valdrá decir "Señor, señor". 
La Misericordia de Dios es infinita, pero igual reclama de la Justicia divina. 

Josè Mendoza

lunes, 23 de marzo de 2020

EN CUARENTENA, ¿crees en Dios o le crees a Dios?

"Si no ven ustedes signos y prodigios, no creen", palabras fuertes de Jesùs, su misericordia nos demuestra que hay cosas que se deben decir asi como son, sin las medias tintas de lo "políticamente correcto". Es cierto, los seres humanos si no vemos signos y prodigios optamos por dudar, somos muy fràgiles y olvidamos que la fe debe ir màs allá de sentimientos agradables.

Aquel hombre, el padre del hijo que estaba enfermo segùn narra el evangelio de hoy, creyó en la palabra de Jesùs: "vete, tu hijo esta sano". 

Cuando el Señor nos promete que nos llenará de gozo y de perpetua alegría (1a lectura), hemos de creerle por el simple hecho que dichas palabras proceden de Dios, pero para que nuestra fe no decaiga, el salmista nos acompaña con la plegaria: "te alabare, Señor, eternamente", como un acto de confianza que sobrepasa los sentimientos o la simple razón.

Josè Mendoza

domingo, 22 de marzo de 2020

Las apariencias

Jesùs deja entre ver uno de los más evidentes gestos del fariseismo, actuar y juzgar basado en apariencias. 
Jesùs es Señor del sàbado, cosa que nos ha dejado claro, y además tiene poder para perdonar pecados, a èl le importa màs la fe de un hombre, del pueblo y la salud de los mismos, que dar prioridad al "què dirán" de los fariseos hipócritas que se dejan guiar por criterios netamente humanos. 
Lo tachan de pecador (sin tan siquiera escucharlo),  de no guardar el sábado (como quien te juzga de inmisericorde por decir las cosas como son). 

Pues así son los fariseos hipòcritas: Se preocupan de sus ropas, honores, verse diplomáticos, cordiales y superiores, con lo cual manifiestan padecer de una peor ceguera y sordera que aquellos a quienes Jesùs sano. 

Y es porque Dios no juzga segùn las apariencias y criterios humanos, sino que ve lo que hay en tu corazón, y segùn donde este tu corazòn, ahi estará tu tesoro.

Cuan importante es entender que, antes de buscar la aprobación de los hombres, es necesario agradar a Dios en el cumplimento de su Voluntad, viviendo de cara a Dios, porque, de igual manera, los hipócritas hablaran de tì y de mì hagamos o no las cosas, y si caemos en la tentación de agradar a los fariseos màs que a Dios, al final no sería ningún logro para una persona que tiene criterio y ha estudiado la Revelación; pues bien, que ellos pequen contra el amor al pròjimo (dañando su buena fama) si quieren, nosotros a lo nuestro. 

Vivir en la santidad es vivir en la humilde apreciación de si mismo y de los demás, dado que todos somos pecadores y necesitados de la misericordia de Dios, la cual exige de la Justicia divina para acompañarla en el acto sublime de nuestra salvación.

En lo personal puedo decir que cuando me insultan, me hacen màs fuerte, pues reconociendo mis pecados y considerándome acreedor del castigo por mis faltas, esos insultos que provienen de gente que ni me conoce ni le importo, me saben a manjares que dan a mi alma el gozo del sano ayuno contra el orgullo.

Josè Mendoza

domingo, 15 de marzo de 2020

La disyuntiva de hoy es Jesùs o el mundo

La Samaritana iba al pozo al medio dìa (la hora sexta), ¿Quièn en su sano juicio irìa a traer agua a un pozo al medio dìa pudiendo hacerlo en una hora màs temprana o ya entrada la tarde, que son horas frescas? Quizàs porque a esta mujer sus vecinos la criticaban mucho pues habìa tenido varios maridos. 

Menos mal que los samaritanos eran considerados como impuros por los judìos , y aun entre los de Samaria era inaceptable lo inmoral de una vida disoluta, pues en el fondo todo pecado es como prostituirse. 

A esta mujer, Jesùs le ofrece del agua que emana de su costado, que da la vida eterna. Pues el que toma de los bienes del mundo, ciertamente volverà a sentir el aguijòn de la concupiscencia, mas  quien vive en la Gracia Santificante se sabrà ayudado y socorrido por Dios en cualquier momento de debilidad. Su fuerza brotarà de lo Alto.

Jesus ofrece lo que es importante, no porque la vida acá sea menos que buena sino porque nuestro fin es la eternidad y nuestro paso por este mundo es un peregrinar. Lo que debe alimentar a nuestra vida espiritual es hacer la voluntad de Padre Celestial. 

Quien vive en la gracia experimenta la uniòn ìntima con Cristo, abraza como suya la voluntad del Padre y El Espìritu Santo habita en èl cual si fuera un templo. 
Entonces, ya siendo santos tambièn diremos con firme convicciòn “sabemos que Èl es verdaderamente El Salvador del mundo”.

Josè Mendoza

domingo, 8 de marzo de 2020

Este es mi Hijo, en quien me complazco

En la primera lectura detectamos, lo que serà más adelante en la narrativa, un recurso literario usado en la Biblia, la PSEUDONIMIA, que consiste en cambiar el nombre a una persona como signo de que va a desempeñar una labor particular, igual es el caso de Levì luego llamado Mateo. Podrìa decirse que es como la transformaciòn de la persona que, primero vive en la comodidad de sus goces terrenos, y luego, movida por el Señor, busca agradarle en todo.

En el presente caso notamos que Dios llama a Abram de esta manera y no como estamos acostumbrados a leer su nombre “Abraham”. Este cambio de nombre se da luego del pacto a tener una gran descendencia que es sellado con el signo de la circuncisiòn. Abram es llamado a abandonar la comodidad, para ser merecedor de los bienes que Dios le quiere dar. 


¿Has pensado las cosas de que debes desprenderte para seguir mejor al Señor? ¿Del orgullo, la idolatrìa a la belleza y el bienestar, de esos bienes materiales y placeres que de manera desmedida y, quizàs, ilìcita, te has hecho? ¿Soportamos, con la ayuda de Dios, los sufrimientos a causa del Evangelio?

Piensa en estas cosas, y afánate por complacer en todo al Padre Celestial. Pues en el desprendimiento de honores y pecados, en la generosidad material y de tu tiempo, y por la oración sacramental y penitente, esta el camino a que Jesús se transfigure en tu vida. 
Ya no soy yo, sino Cristo quien vive en mi, nos dice Sn. Pablo. 
Recuerda con el salmista que recta es la Palabra de Dios y toda su obra esta fundada en la Verdad.


Josè Mendoza

domingo, 1 de marzo de 2020

No solo de pan viva el hombre

La lectura de hoy me hace recordar las etapas previas a cometer un pecado:

1) Imaginativa: lo que nuestra mente piensa que serà cometer ese acto y la “felicidad” que nos traerà.
2) Deleitiva: el placer que nos trae ese pecado.

Ambas constitituyen el preàmbulo a la toma de desiciòn que serà actuar en contra de la voluntad de Dios. Por lògica, si no se anida en nosotros la imaginaciòn ni el deleite (conversar con el demonio tal cual hizo Eva), no habrìa materia grave, lo que constituye en si cometer pecado.

Jesùs, nos enseña el camino para no sucumbir a las tentaciones, que son la humildad, la no idolatrìa de los honores y bienestar, y la confianza plena en los designios divinos.

Este domingo es un maravilloso dìa para encaminarnos por este sendero que nos ofrece Cristo. El camino de la penintencia que nos conduce a las puertas de la felicidad eterna. 

Pidamos al Señor con humildad, que en esta cuaresma nos enseñe la disciplina para vivir en total dependencia del PAN DE LA PALABRA.


Josè Mendoza