La Samaritana iba al pozo al medio dìa (la hora sexta), ¿Quièn en su sano juicio irìa a traer agua a un pozo al medio dìa pudiendo hacerlo en una hora màs temprana o ya entrada la tarde, que son horas frescas? Quizàs porque a esta mujer sus vecinos la criticaban mucho pues habìa tenido varios maridos.
Menos mal que los samaritanos eran considerados como impuros por los judìos , y aun entre los de Samaria era inaceptable lo inmoral de una vida disoluta, pues en el fondo todo pecado es como prostituirse.
A esta mujer, Jesùs le ofrece del agua que emana de su costado, que da la vida eterna. Pues el que toma de los bienes del mundo, ciertamente volverà a sentir el aguijòn de la concupiscencia, mas quien vive en la Gracia Santificante se sabrà ayudado y socorrido por Dios en cualquier momento de debilidad. Su fuerza brotarà de lo Alto.
Jesus ofrece lo que es importante, no porque la vida acá sea menos que buena sino porque nuestro fin es la eternidad y nuestro paso por este mundo es un peregrinar. Lo que debe alimentar a nuestra vida espiritual es hacer la voluntad de Padre Celestial.
Quien vive en la gracia experimenta la uniòn ìntima con Cristo, abraza como suya la voluntad del Padre y El Espìritu Santo habita en èl cual si fuera un templo.
Entonces, ya siendo santos tambièn diremos con firme convicciòn “sabemos que Èl es verdaderamente El Salvador del mundo”.
Josè Mendoza
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