domingo, 8 de marzo de 2020

Este es mi Hijo, en quien me complazco

En la primera lectura detectamos, lo que serà más adelante en la narrativa, un recurso literario usado en la Biblia, la PSEUDONIMIA, que consiste en cambiar el nombre a una persona como signo de que va a desempeñar una labor particular, igual es el caso de Levì luego llamado Mateo. Podrìa decirse que es como la transformaciòn de la persona que, primero vive en la comodidad de sus goces terrenos, y luego, movida por el Señor, busca agradarle en todo.

En el presente caso notamos que Dios llama a Abram de esta manera y no como estamos acostumbrados a leer su nombre “Abraham”. Este cambio de nombre se da luego del pacto a tener una gran descendencia que es sellado con el signo de la circuncisiòn. Abram es llamado a abandonar la comodidad, para ser merecedor de los bienes que Dios le quiere dar. 


¿Has pensado las cosas de que debes desprenderte para seguir mejor al Señor? ¿Del orgullo, la idolatrìa a la belleza y el bienestar, de esos bienes materiales y placeres que de manera desmedida y, quizàs, ilìcita, te has hecho? ¿Soportamos, con la ayuda de Dios, los sufrimientos a causa del Evangelio?

Piensa en estas cosas, y afánate por complacer en todo al Padre Celestial. Pues en el desprendimiento de honores y pecados, en la generosidad material y de tu tiempo, y por la oración sacramental y penitente, esta el camino a que Jesús se transfigure en tu vida. 
Ya no soy yo, sino Cristo quien vive en mi, nos dice Sn. Pablo. 
Recuerda con el salmista que recta es la Palabra de Dios y toda su obra esta fundada en la Verdad.


Josè Mendoza

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