San Mateo 5, 17_19
"El que enseñe y cumpla serà considerado grande en el Reino de los Cielos".
Enseñar y cumplir, la dupla de la perfecciòn. ¿Enseñas a tus hijos el camino correcto, pero les das mal ejemplo?, ¿esperamos que el mundo mejore pero sin hacer algo màs que hablar?, ¿Juzgamos a los demàs pero sin proponernos nosotros a evitar el mal?. Jesùs no vino a cambair la ley, esto quiere decir que, quienes te dicen cosas como "levanta la mano y acepta al Señor, y seràs salvo", o "al señor le agrada que diezmen, porque asì le muestra cuànto le aman", o incluso "comulga y luego te confiezas". Estas y otras aberraciones màs pueden ser contadas como soberanas mentiras. La ley nos ha sido entregada para ser conocida, amada y cumplida. Es en su cumplimiento el lugar y momento del encuentro con Dios, y por el cual nos beneficiamos a nosotros mismos, como la disciplina de la vida diaria por la cual nos ganamos el pan de cada dìa. Si la cumples o no, es a tì a quien afectas o beneficias màs, Dios no deja de ser Dios, ni su divinidad aumenta o se ve amenzada. ¿Agradar a Dios, amarlo sobre todas las cosas? Esta es la primera normativa de su ley. Si desconoces las otras 9, entonces estamos hablando dos idiomas diferentes y practicamente, no he dicho nada.
Josè Miranda, laico dominico.
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