Sn. Lucas 16, 19_31
"El pobre y el rico, ambos muriero".
Ambos tuvieron la misma muerte, pero no la misma vida. Pero al final es lo mismo, la muerte. En esto debemos ser cautelosos, pues de lo que hagamos en nuestra vida y de la generosidad con que vivamos podrèmos aspirar al premio de los justos. Me llama fuertemente la atenciòn valuar la riqueza y la pobreza. Aquello a lo que llamamos "riquerza material" suele ser muchas veces ceguera, cadenas, orgullo, soberbia y hasta la perdicion. En cambio, vivir con lo justo, lo necesario, sin exageraciones ni pretensiones o ambiciones insanas, nos hace verdaderamente ricos. Y es que la vida se ha hecho para vivirla no estrictamente para satisfacer necesidades auto generadas.
Si nos detenemos a pensar en nuestras pertenencias, verèmos que tenemàs màs que otros y hemos dejado de ayudar a muchos por acumular bienes. Por eso, seguir tendencias como la moda y la vanidad, son caracterìsticos de mente pobres.
Es bueno notar si con lo que ya gozamos, estamos llevando una vida digna y nos permite ayudar en lo posible a los demàs.
Josè Miranda, laico dominico.
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