viernes, 24 de abril de 2015

Comentario del Evangelio de hoy

Sn. Juan 6, 52_59
"El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mì y yo en èl". 

Nuevamente la invitaciòn està dirigida a la recepciòn de la Santa Eucaristìa. Ahora ya no es sòlo el alimento del cuerpo, salud del alma y viàtico para la vida eterna, ahora tambièn nos la da como signo de la filiciòn divina. 
Asì, el cristiano que la recibe dignamente, se incorpora a la familia de Dios de manera total y autèntica; esta es la relaciòn: por el bautismo somos insertados en la gracia, en la confirmaciòn fortalecidos como piedras vivas de la Iglesia y, en la Eucaristìa, incorporados en la vida divina, siendo que al comer y beber de Cristo, concreta en nosotros El Reino de lo Cielos. 
El Señor vino y se ha quedado con nosotros, por nosotros y para llevarnos al padre,y ser todos en èl, una sola cosa. 

¿Comulgarèmos con indiferencia de ahora en adelante?

Josè Miranda, laico dominico. 

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