Sn. Juan 10, 22_30
"El Padre y yo somos una sola cosa".
Me puedo imaginar la cara de los judios al oir estas palabras, Jesùs se hace semejante al Padre, por lo tanto, ¡es Dios!. Pero Jesùs no hablaba sin autoridad: "las obras que hago en nombre de mi Padre dan testimonio de mi".
¿Por què Jesùs se pone en lugar de siervo, cuando dice "Mi Padre, que me las ha dado, es superior a todos?... Habla de su semejanza con el Padre, y de una filiaciòn divina, pero sigue siendo siervo. Precisamente porque a eso ha venido, a cumplir con la voluntad de su Padre, que es tambièn la suya, redimir a la humanidad de manera gratituta y por misericordia.
¿De donde aprendiò esta actitud?... humanamente, podrìamos decir que de la Sierva del Señor, hàgase en mi segùn tu Palabra.
¡Y nosotros!, ¿amamos hacer la voluntad del Señor?, ¿o nos contentamos con vivir sin la misericordia?
Josè Miranda, laico dominico.
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