“Sean perfectos, como es perfecto el Padre que esta en los cielos”.
Dios es perfecto, es amor sin mancha, eterno, misericordioso, que no se engría, no guarda rencor, no es egoísta y todo lo espera. Cuando amamos a quienes nos gritan, nos insulta, nos maldicen, no solo nos ponemos al nivel de hijos de Dios con la dignidad de cristianos, sino que tambièn nos mejora mucho la salud y las emociones.
Quien a espada mata, a espada muere. Falta hacer una cosa màs, orar por nuestros perseguidores.
Señor, te pido por quien me insultò en este día, ese que me agredió y quiso hacerme daño, ese que me fallò y no reconciò mi dignidad tratándome mal. Su vida es importante tambièn, tiene familia y amigos, es tu hijo y mi hermano, sòlo que no nos pudimos poner de acuerdo como se debìa. Mas yo te pido, Señor mío, le bendigas y le sanes. Y a mì, concèdeme tu gracia para comprender y amar màs, y mejor a cada dìa.
Amen.
Josè Miranda, laico dominico.