“Ovejas sin pastor”
Ante nuestra fragilidad humana, Jesucristo se comporta a la altura de su Misericordia infinita. Es el Buen Pastor. Mirando nuestra indigencia, nos alimenta con su Cuerpo y sacia nuestra sed con el agua que brota de su interior. Es Dios el buen pastor que carga a la oveja descarriada, es quien ve a sus ovejas y, compadeciéndose de nosotros, manda a sus pastores que la guíen hasta pastos tranquilos y aguas frescas. ¿De què sirve saber que somos ovejas? Para entender la misiòn salvìfica de Cristo, quien no ha venido a condenar sino a rescatar a la oveja que se había perdido. Oremos unos por otros, sobre todos por aquellos que sabemos están en la perdición del pecado, del vicio, de las ideologías, de los ìdolos y de la enfermedad fruto de sus malas acciones. Oremos por quien nos necesita, sin haberlo pedido. Oremos por quien nos ofende o ha ofendido. Oremos incansablemente los unos por los otros.
El Señor tenga misericordia de nosotros y perdone nuestros pecados.
Josè Miranda, laico dominico
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