"La cabeza de Juan el Bautista”
La imàgen del mártir es la represtanciòn del que anuncia y denuncia la Verdad, contra los poderes de mundo, pecado y demonio. Es una denuncia encarnada en la realidad. A los lacayos de dichos “poderes”, pues son en realidad esclavos de sus bajas pasiones, no les conviene ni quieren oír la Verdad. Entonces, la figura del predicador se vuelve incòmoda. Vale màs matarlo. Perseguir a la Iglesia y acallarla lastimàndola por lo màs sensible que tiene, la propia carnalidad de sus miembros. Esto esta pasando en la ONU con sus programas pro aborto, ideológicamente seducidos por el género y otras actitudes no humanistas. Conviene decir las cosas como son. En nuestro países y ante los que nosotros mismos hemos puesto a servir, ahora mal llamados “políticos de profesiòn”, no se omite la realidad de una denuncia oportuna, como hemos visto hacer a varios Obispos (Honduras, Venezuela, etc.)
Es la hora de la verdad. En que tenemos que anunciar y denunciar. Ya no màs catòlicos de banca dominguera. Ni parroquias de Charco. Francisco nos lo dice, salir al encuentro del màs necesitado, sufriendo con este y ayudándole a levantarse con la dignidad de hijos de Dios.
Josè Miranda, laico dominico
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