"Entonces fueron a predicar, exhortando a la conversiòn".
Este texto nos presenta cosas interesantes. Primero "de dos en dos". El acompañamiento en el trabajo misionero. Nadie debe estar solo cuando de hacer el bien se trata. Jesùs da "poderes especiales" a quienes envìa. No desampara la obra de sus manos. Estos enviados son uno, porque uno es su pastor, una es la Iglesia. Asi inaugura la labor apostólica de sus amigos, los santos. Lo otro que llama fuertemente mi atenciòn es "expulsaron demonios y curaron enfermos, ungièndolos con òleo". ¿Imàgen de los Sacramentos del Bautismo, la Confirmaciòn, Unciòn de enfermos y la Confesiòn? ¿Imágenes del sacramental que llamamos "exorcismo"?. Como dije, llama mi atenciòn, es para seguir profundizando.
Pero me quiero centrar en el texto inicial, "fueron a predicar, exhortando a la conversiòn". Volvemos a la dicotomìa "convertìos y tengan fe". La labor de la predicaciòn no es una simple "informaciòn" sino tambièn exhortaciòn. No se puede dejar de decir las cosas por su nombre sòlo por no "incomodar o caer mal". Claro, todo se diga con el lenguaje adecuado y el deseo firme de ayudar a que los demàs dispongan sus ojos, oìdos y corazòn a la Verdad. Las negaciones a que Jesùs llama a sus enviados nos dice que la confianza del predicador està en Dios no en las propias fuerzas y que, no es un predicador improvisado. Dios le ha elegido y èste se sabe llamado por que no escatima esfuerzos ni privaciones con tal de que se disemine la "Buena Nueva", ama de corazòn la Sabidurìa, perseverante estàn sus oìdos en la oraciòn y permanecen sus ojos fijos en El Magisterio. Como el Señor, el predicador no busca ser servido sino servir. Y ademàs, tiene la caracterìstica, es feliz.
Josè Miranda, laico dominco.
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