Sn. Marcos 7, 24_30
"Es verdad, Señor, pero los cachorros, debajo de la mesa, comen las migajas que dejan caer los hijos".
Esta mujer es una imàgen eclesiològica. La Iglesia ora incesante por sus hijos, pecadores y necesitados. La Iglesia està llamada a combatir las obras del mal pero con las armas de la Fe, la Esperanza y la Caridad. La mujer Siriofenicia actùa con humildad. No exige, sino ruega. Es tiempo de revisar nuestra vida, nuestra oraciòn, nuestras plegarias. Y ver lo que realmente necesitamos en bien de los demàs, no sòlo en bien nuestro o de acuerdo a nuestros delirios de grandeza. El mundo necesita de Cristianos comprometidos con sus hermanos en la fe. El dolor acompaña a la Iglesia, pues asì nos encarnamos los cristianos en la realidad que nos ha tocado vivir. Recuerda, Dios a nadie desampara, aùn cuando el demonio asedia con sus engaños, Dios es fiel.
Al final del dìa y reconciliados con Dios y con los hermanos, todo habrà valido la pena.
Josè Miranda, laico dominico.
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