"Y entonces ayunarà"
La actitud ante el ayuno debe ser la misma del gimnasta ante el entrenamiento. No se hace de mala gana, sucio o indispuesto, sino con dignidad y feliz del logro que se desea alcanzar. Es un entrenamiento para la vida espiritual. Las limitantes nos educan. Los excesos son los que hacen niños malcriados y berrinchudos. El ayuno consiste en quitaròs algo para daròs algo mejor, y compatirlo con quienes màs necesitan el alimento. Comparte tu comida con el hambriento y cuida del huérfano y de la viudad, mas nunca desprecies a quien te pida una limosna.
Josè Miranda, laico dominico
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