¡A vino nuevo, odres nuevos!”
Ayunar es cuidar y amar tu propio cuerpo. Dedicarle tiempo y ejercitarlo para que con voluntad firme y racional, demos la batalla por nuestras almas. Es necesario aprender a decir no ante pequeñas cosas que nos deleitan, a negaciones constantes màs capacidad de disciplinarte. Pero el ayuno no es con las cosas del Señor, como orar, comer la Eucaristía, servir a los demás. Tiene màs relación con la actitud del hombre hacia la conversión. Por eso insiste, que a vinos nuevos (hombre nuevo), odres nuevos (vida santa)
Josè Miranda, laico dominico
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