Sn. Marcos 4, 1-20
"¡Escuchen! El sembrador salió a sembrar”.
Pasamos de las palabras a la acciòn, del conocimiento al cumplimiento de la voluntad de Dios. El hombre y Dios laborando por un mismo fin, en donde el màs beneficiado es el hombre mismo. Dios no deja de ser Dios, pero el hombre necesita en todo de Èl. Sin embargo, El Señor permite que el hombre se capacite para colaborar en la salvación suya y de sus hermanos. De esto se trata la Evangelización. Todo predicador debe saber que sin testimonio su vida queda reflejada como aquel quien no da fruto. Pero aquel que da fruto, lo da en abundancia. Escuchan la Palabra, la aceptan y dan fruto. La Palabra es el logòs de Dios, el Verbo Encarnado.
No basta saber mucho, hay que salir a sembrar, con una predicación encarnada en la realidad.
Josè Miranda, laico dominico
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