Sn. Marcos 2, 23- 28
«El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado; así que el Hijo del hombre es señor también del sábado.»
Acabamos de oìr que no se puede echar vino nuevo en odres viejos, ahora el Señor nos exhorta a la libertad. Quien cumple la ley antigua esta sometido aun a la ignorancia y el desconocimiento de la propia dignidad. En cambio, quien se sabe libre del pecado (odre nuevo) es libre para amar a plenitud, a Dios y sus hermanos.
La ley permite al hombre una línea a seguir, para que no se pierda, pero sin libertad no es posible amar de verdad. En esto caemos cuando somos fundamentalistas de las escrituras sin discernir la voluntad de Dios en ellas.
No se puede ser libre y no amar al hermano. Esto reclama el Señor y se posesiona como Dios creador, del día sábado. Los católicos no celebramos en Sabbath sino en Domingo. Esta ha sido mera disposición del Señor, quien eligió el “Primer día de la Semana” para la Resurrección (Dies Domini)
Josè Miranda, laico dominico
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