domingo, 11 de enero de 2015

Importancia del estudio del laicado católico para anunciar el evangelio y transformar nuestra realidad (2a. Parte)


Necesidad de la formaciòn en la sana doctrina
Si ampliamos la palabra “necesidad”, merece discernir "necesario con salario",  por encima de si vas o no a poder vivir de lo que haces en temas de pastoral, a mi manera de ver esto es un poco complejo, porque quien vive de su aporte eclesial a nivel laico se vuelve un pastor asalariado y no està libre para discernir las necesidades reales que conllevan la predicaciòn itinerante. Si alguien se dedica por cobranza a la predicaciòn o enseñanza y vive de èsta, sepa bien lo que hace. Es deber de las organizaciones pontificias velar por que estas personas vivan congruentemente su fe, sean satisfechas las necesidades humanas materiales y no descuiden la propia vida espiritual. Pero acá nos ocuparemos de quienes en su dìa a dìa atienden otras realidades. Para un laico tener una formaciòn integral va más allà de saber mucho y hablar  bonito. Es todo un estilo de vida, que lleva impresa la palabra “compromiso”, cosa a la cual y dado el relativismo preponderante, muchos le tienen miedo. En labores parroquiales nos hemos mal acostumbrado a ser los “decoradores de interiores” no sabiendo muchas veces ni el porque de los colores o de cuando a cuando se usan, o las lecturas que corresponden en la celebraciòn litúrgica dominical.
He tenido la lamentable oportunidad de ver a personas ejerciendo el servicio pastoral de liturgia, y leyendo las lecturas propias del dìa para la misa de la noche el 24 de Diciembre o las lecturas propias de la Aurora en misa de dìa para Navidad (25 de dic.). Salta la duda, ¿Serà que saben o simplemente no leyeron bien? Siendo gente con añales de “experiencia”, es infantil caer en semejantes errores. Otro claro ejemplo lo comenten los sacerdotes al pretender que, con improvisaciones durante la Celebración Eucarística, algo están enseñando a los feligreses. ¿Lo harán por no saber o para impresionar? Si fuera a causa del Alzheimer o demencia senil sería comprensible, pero sino, vale una buena revisiòn por parte del obispo sobre còmo destrozan la liturgia estos ministros circenses.

El Magisterio tiene claro el còmo se ha de ejecutar la celebraciòn y los diversos rituales litúrgicos, no lo hace a manera de “sugerencia” o “imposición”, sino para conservar la pureza del rito y de manera congruente con las misma enseñanzas de Cristo. Si la ropa interior se introduce antes que el resto no es por sugerencia o imposición. Si todo lo que sube tiene que bajar, no es por sugerencia o imposición. Tienen un sentido y es deber nuestro, a más conocimientos y testimonio de vida, irlo descubriendo. Cuando hablamos de conocer, bíblicamente nos referimos a Vivencia de Cristo. Por ende no se pueden ni se deben improvisar, acomodar o suprimir cosa alguna durante la liturgia. Es labor del ministro estudiarla a profundidad para reflejar con su vivencia un ejemplo de celo apostòlico, y es labor del laico conocer y amar las enseñanzas de Cristo dadas a nosotros por el Magisterio de la Iglesia (los obispos en comunión con el Papa)


El simple conocimiento, sin la debida reverencia y valoración es semejante a comer sin hambre.

Josè Miranda, laico dominico


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