domingo, 29 de diciembre de 2019

El Silencio de la Sagrada Familia

Hoy conmemoramos a la Sagrada Familia de Nazareth, ¡cuànta importancia tiene para Dios la familia! y esto es así porque Jesùs quiso tener una.

Preguntèmonos como van las familias hoy, y si nuestra pertenencia es reflejo de lo que debería ser. 

Hoy la familia esta en peligro, y la amenaza el nuevo Herodes llamado "Ideología del Gènero". Èste y sus adeptos son los asesinos de la familia, de los sanos valores y educación de la prole, y de la seguridad jurídica de que debería gozar no complaciendo caprichos de homosexuales y feministas traumadas. 

Seamos serios y maduros al afrontar la realidad en que vivimos, nos movemos y existimos. 

Jesùs le dedicò treinta años de su vida a la familia, años en los que el silencio es protagonista, y los tres restantes los dedicò a su ministerio público. 

Oremos por las familias: la mía, la tuya y las del mundo entero; para que, por intereciòn de sn. Josè y de Marìa Santìsima, Jesùs habite en el seno de la nuestra, y podamos así vivir de manera coherente y valientemente los preceptos cristianos en familia.

Recuerda, familia que reza unida permanece unida.

Josè Roberto Mendoza

domingo, 22 de diciembre de 2019

Josè, hombre justo

La palabra clave del dìa de hoy sobre la persona de Josè es "Integridad". Se dice en las Escrituras que es hombre justo, sabe dar a cada quien lo que le corresponde, el primero es Dios. 

Sn. Josè se ve en una encrucijada, una situación de la que muchos, que si son responsables, ¡huyen!, èl en cambio, al ver que Maria esta encinta, no la denuncia. 
¿Habrá pensado mal de Maria? lo dudo porque entonces dejaría de ser justo, pero de cierto que los textos no dicen nada al respecto. Sin embargo, basta ver su actitud e interès en que ella no sufra daño alguno; muy a pesar de ser èl quien quedarà machado en su buen nombre.

Quizás se privò del placer carnal con ella, al cual tenía derecho, y es màs, asumió la responsabilidad de un hijo que no era suyo. 

Y a pesar de todo lo anterior, Josè cumple como padre adoptivo y esposo fervoroso. Eso es integridad.

Una hermosa virtud que debemos y podemos imitar. Josè no dice nada, los evangelios no registran palabra alguna, pero sus hechos hablan por èl. 

Pidámosle al Señor, que por intercesión de este santo varón podamos nosotros también alcanzar esa integridad que merece tener nuestro testimonio si decimos ser cristianos.

Por cierto, ¿Què dicen tus hechos de tì?

Josè Roberto Mendoza



domingo, 15 de diciembre de 2019

¡Alégrate!

Hemos llegado al tercer domingo de Adviento, cosa que no es ningún secreto para quien vive en el tiempo de la Iglesia. 

En este domingo, se nos invita a estar alegres por la venida del Salvador, no a la alegría efímera de nuestra confianza en lo terreno y perecedero. Tampoco es la alegría carente de problemas, preocupaciones y demás, esa, más bien seria comodidad. 

La Venida del Mesìas nos exhorta a reflexionar en como va mi vida, mis añoranzas, mis criterios, etc. 
No podemos decir "ven Señor, Jesùs", si nuestro corazón no es coherente para recibirle (el corazón son nuestras intenciones), de ahi que las obras de caridad se convierten en los ladrillos con que construimos la casa para alojar a nuestro Salvador. 

¡Alegremonos!, pues nuestra confianza esta en el Señor, que hizo el cielo y la tierra. Ciñamonos de penitencia con un rostro lleno de gozo, pues ninguna de nuestras lagrimas quedará sin ser atendidas por la Divina Providencia. 

Ya puestos en pie ante el pesebre, recordemos nuestra miseria y a què ha venido ese niño que se privó de lo mucho para dárnoslo todo, que se da como regalo por el infitino amor que profesa hacia su criatura caida en el pecado, nosotros.

Pienso en esto: "yo soy digno de sufrir e índigno de la recompensa", màs Dios nos ama infinitamente tanto, que nos ha dado al Salvador de las almas, para que todo aquel que en èl crea, no se pierda y tenga la vida eterna.

Concluyo con esto, cuando pensemos en los pobres, sepamos que no hay nadie màs miserable que un pecador. Pero en lo posible, asistamos a las necesidad materiales y afectivas de nuestro prójimo. 

Josè Roberto Mendoza

domingo, 8 de diciembre de 2019

La austeridad

Hoy toca hablar de la austeridad, tomando como ejemplo a Juan Bautista. La austeridad es propia de gente sencilla, es decir, sin delirios de grandeza material o espiritual, que asume su realidad humana y sus condiciones  no como algo que lamentar sino cuales medios para llegar a Dios. Austeridad y pobreza pueden ser sinónimos mas no condiciones. Una persona puede carecer de lo necesario pero vivir de forma codiciosa y bajo la envidia, o puede tener lo necesario y no aspirar poseer lo grande, lo ùltimo, pues su corazón no carece de lo necesario; esta persona ha comprendido que la vida temporal es un viaje no la estancia definitiva. 

La usteridad permite que nuestro corazón esté en los bienes eternos màs que en los terrenos, vivir de manera libre, feliz y agradecidos en el dìa a dìa, y de forma maravillosa, predicando con el ejemplo, la alegría de la Parusìa.

Pregunta: ¿Còmo va tu austeridad en estas fechas donde el consumismo se convierte en el sustituto de Dios? ¿Te has dejado conquistar por este dios pagano? ¿Piensas, antes de un gasto innecesario, en la gente que bien podrìas ayudar con tu aporte, aunque no necesariamente econòmico?

Estas preguntas surgen de la moral circunstancial, pero si vamos a trasfondo, trabajar la virtud de la moderación te servirá para vivir con màs coherencia el adviento y a llevar tu vida de manera ordenada y armònica. 

Recuerda, eso que ahora estas derrochando, mañana lo vas a necesitar y no podrás disponerlo por tu indisciplina. 

Josè Roberto Mendoza

domingo, 1 de diciembre de 2019

¡Ven, Señor Jesùs!

Es increíble pero màs de alguno se ha puesto a pensar en este dìa sobre lo que cenará en Navidad. 

No quiero sonar pedante pero, aun no estamos en Navidad, màs bien iniciamos el tiempo litùrgico de Adviento, con el cual damos inicio al Año Nuevo Litúrgico.

La segunda lectura del apóstol Sn. Pablo, en los tres ciclos litúrgicos correspondientes a este tiempo (Año A, B y C), hablan de lo mismo: Firmerza de fe, amor y santidad. 

También Pablo nos exhorta a vivir el tiempo presente de forma coherente, absteniéndonos a dar rienda suelta a nuestras bajas pasiones, a confiar en el amor y la justicia divina. 

La Parusìa es otra cosa que tiene relación con este tiempo. El adviento no sòlo nos examina para llegar (tiempo menor) al tiempo mayor de la Pascua de la Natividad, sino que también, nos pone en alerta de vivir en la esperanza verdadera de la segunda venida del Hijo de Dios. 

Maranatha (Ven, Señor) no sòlo tiene relación con la Navidad, también con la venida definitiva, el fin de los tiempos y el establecimiento de la Nueva Jerusalén que es la Iglesia triunfante. Pero para eso, para llegar al triunfo, se ha pasar por el camino de la Cruz y la penitencia. 

En este tiempo hemos de preparar nuestro Soma, Psique y Neuma para la venida del Salvador, preparar el camino de nuestra alma para acogerlo en cada dìa, en cada liturgia, en cada Sacramento con todo el amor con que seamos capaces. 

Finalmente, Obras de Misericordia van de la mano con la oración, sino, ¿de donde tomarían su fuerza?.

Josè Roberto Mendoza 



domingo, 24 de noviembre de 2019

¡Viva Cristo Rey!

En la solemnidad de Cristo Rey, cuando todos gritamos con alegría "Viva Cristo Rey del Universo", me viene a la mente el tema que antes traté sobre la escala de Valores que motiva las desiciones de cada uno de nosotros. 

Por que si decimos que Cristo reina, esto es verdad, pero no reinara mientras nuestros corazones sigan en la envidia, la codicia, las ideologías, el rencor, la murmuración, la fornicaciòn, el adulterio, los homicidos y asi, inmerso en tantos vicios e idolatrías. 

No seamos hipócritas ni caigamos en el activismo religioso y mejor pensemos en cómo vivir esta Adviento de la manera màs coherente posible con la ayuda de Dios (confesión, comunión y obras de misericordia)

No es una solemnidad màs, no es un Adviento màs, es el Adviento que hoy tengo en puerta... ¿Cual es tu propósito para vivir bien este tiempo que se avecina?

Josè Roberto Mendoza

domingo, 17 de noviembre de 2019

¡Quièn no trabaje, que no coma!

Las palabras de Sn. Pablo nos tienen que hacer pensar en como estamos llevando nuestra vida y preparándonos para el Adviento. ¿Como estamos trabajando nuestras almas? ¿Estamos aprovechamos el tiempo presente? ¿En què manera nos hemos comprometido a cumplir nuestros deberes con la fe, la esperanza y la caridad? 

Dios no premia la holgazanería ni la negligencia, mientras que, para el justo, la luz del sol brillará. 

Es muy sencillo aliar estos dos aspectos. El justo brillará por haber trabajado su fe manifestada en obras concretas, el perezoso, en cambio, no recogerá nada porque nada ha hecho para su salvación. Este último quiso quedarse cómodo y conforme en sus ideologías, en sus honores y en sus bienes. 

Hay que esperar en el Señor y creerle a su Palabra, pero perseverando en la oración, en los sacramentos y en nuestra formación integral. 

De lo contrario, el que no haya formado seriamente su alma en los preceptos de la fe católica, no comerà del pan de la Vida Eterna. Y su negligencia le llevará a comer su propia condenación. 

"El que nada hace, mal hace"
(Fray Federico Gonzàlez, OP)

Josè Roberto Mendoza





domingo, 10 de noviembre de 2019

¿Por què vas a misa?

En las lecturas de hoy vemos (1a lectura) que los hermanos Macabeos, sabían ver su lugar en la historia, que era ser fieles a las leyes que Dios había instituido para los Israelitas, una fidelidad que les lleva incluso a soportar el martirio y morir, pero no una muerte vergonzosa sino con la esperanza y fe puestas en que Dios les recusitarà para la vida Eterna. 

Estar preparados para la vida eterna conlleva tener conciencia de nuestra relación cual hijos de Dios.

Dios no es Dios de muertos sino de vivos. Pero las personas perniciosas viven de sus deseos mundanos, de sus criterios mundanos y de su praxis mundana, viven como cerdos revolcándose en el charco de sus inmundicias, de sus ideologías marxistas, de sus tendencias homosexuales, de su pederastia, su alcoholismo, drogadismo, homicidos, robos, corrupción, herejìas, mentiras, murmuraciones, adulterios, fornicaciòn... como dije, en el charco de sus inmundicias.

¿Por què vamos a misa los domingos? ¿Estamos conscientes de dar testimonio de nuestra fe a costa de nuestra propia comodidad o conformismo al salir de misa dominical? 
Podemos decirlo de forma muy pía, pero poco seria. Mejor veamos los verdaderos fines de la Eucaristía: 
1) Dar alabanza a Dios. 
2) Pedir perdón de los pecados propios y de otros. 
3) Pedir por las necesidades propias y de otros.
4) Dar acción de gracias a Dios.

Creo que esto es lo màs que puedo decir por hoy, espero tengan una semana en la gracia del Altìsimo y no dejemos de pedir por nuestros hermanos del Clero y por nuestras necesidades.

josè Roberto Mendoza







domingo, 3 de noviembre de 2019

Fidelidad y bondad

Las palabras de Jesùs son fieles en su cumplimento y bondadosas en sus obras para con los pecadores. Asi nos lo enseña el Evangelio de hoy. Vemos a Jesùs posando sus ojos en un publicano, hombres corruptos enriquecidos a costillas de los demás, pero Jesùs decide ir a su casa y comer con èl, compartir en familia. La salvación llega a la vida de Zaqueo, cosa que se traduce en obras de misericordia, justicia y penitencia. 

Todo eso se ve bien y se siente magnífico, pero, seamos honestos, no siempre sentimos la bondad de Dios ni creemos en sus palabras. De lo contrario, nadie andaría por ahi frustrado o molesto. 

¿Esto es culpa de Dios? No. Es culpa nuestra por no cimentar nuestra vida en la oración, en los sacramentos y en las obras de misericordia, pensando solamente en lo contingente y nunca en prepararnos para la eternidad. El que vive para lo material gozará de pan ahora y sufrirá de hambre para mañana, y muchas veces, ni siquiera del pan.

Sn. Martìn es un ejemplo de esta confianza que todos debemos manifestar a Dios. Confiar como niños, no como esclavos. 

Dios es nuestro Padre, nos ve, nos oye, nos tiene paciencia a pesar de nuestras faltas, perdona nuestros pecados cuando nos arrepentimos y hacemos la enmienda que se nos ha mandado. Cuando la conversión llega a nuestra vida es lógico que busquemos abandonar las cosas del ayer. Asi como hizo Zaqueo. Pero no siempre pasan de buenas intenciones. 

Vivamos en la actitud de hijos de Dios, hijos agradecidos y, pidamos a diario tener plena confianza en la bondad del Señor para no desperdiciar nuestra vida en cosas vanas que ni edifican ni nos inspiran a confiar. Vivir así es sufrir en balde. 

Sn. Martìn de Porres (Fray Escoba)... ora pro nobis.

Josè Roberto Mendoza


domingo, 20 de octubre de 2019

¿Cuànto es mucho, cuando es mucho?

Hoy quiero hacer una pregunta, ¿sirve de algo rezar? Parece un atrevimiento pero cuando no oramos insistentemente es porque, en el fondo, esa pregunta existe para nosotros. 

Jesús nos manda en el Evangelio de hoy a no desfallecer, màs bien a insistir a tiempo y a destiempo.

Es que Dios no premia la holgazanería, y la perseverancia no es propia del conformista. 

¿Rezamos mucho? Pensemos en esta cuestiòn; pues si la mujer pudo sacar un favor del juez injusto, cuànto màs nos darà Dios, nuestro Padre, si le pedimos con fe. 

Y puesto que la oraciòn es reflejo de la fe, se entiende la pregunta que Jesùs hace, ¿hallarà el Hijo del Hombre, a su venida, fe sobre la tierra? Quien camina por las calles en su hacer cotidiano hallarà muchas cosas porque rezar y agradecer.

En la medida de tu oraciòn serà la fe que tengas, pedirle a Dios que robustezca nuestra fe y luego no hacer nada con ella, es insensatez. 

Josè Roberto Mendoza


domingo, 13 de octubre de 2019

Agradecimiento

La primera lectura y el Evangelio de hoy, nos recuerdan la actitud que todo cristiano debe tener, ser agradecido por los dones que Dios nos da día a día sin obligación ni pedirnos nada a cambio. 

Dios NO da cómo los hombres, que esperan alguna retribución. Me gusta mucho ver la actitud del leproso en la primera lectura, decide hacer un altar para adorar a aquel que es artífice de su sanaciòn. La gratitud para este hombre se convierte en poner un altar donde dará honor y alabanza a Dios. 

Debemos cuestionarnos si nosotros hacemos lo mimos, y ver si hemos o no dedicado nuestro corazón como altar para darle la gloria a Dios y honrarlo en todas nuestras decisiones. 

Lo otro es el leproso del Evangelio, su actitud es impresionante, no sólo da gracias, ademàs se postra ante Jesùs con el rostro en tierra. Quizás hemos olvidado que somos hijos de Dios por adopción, y eso conlleva deberes y derechos. Todo hijo debe estar agradecido con los esfuerzas que hacen papá y mamá para darle, en la medida de sus posibilidades, una vida digna. 

También con Dios tenemos una relación que nos impulsa a decir "Gracias Padre", por todo... y todo es todo. 

Recordemos dia a dìa agradecer al Señor por su sacrificio, por el alimento, por la vida, por el sol, por los sacramentos, por el àngel de mi guarda, por Maria santísima y un gran ETC... y de tantos bienes que nos da aunque no nos hallamos enterado. Sobre todo agradecerle porque nos ama sin medida, aunque no lo sepamos comprender ni dimensionar. 

Un pecado contra la caridad es no saber ser agradecido, y la gratitud, como vemos en los leprosos citados, no se sustenta sòlo con palabras. 

Josè Roberto Mendoza


domingo, 6 de octubre de 2019

Señor, aumentanos la fe

La fe es un don sobrenatural, gracia recibida en el bautismo. Pero, todo regalo conlleva una tarea pendiente. La fe sólo la podemos recibir de Dios, las demás virtudes cardinales son accesibles mediante la práctica constante. Pedirle a Dios que nos aumente la fe en esos momentos de dificultad sería lo màs correcto, siempre. 

Pero como dije, todo don lleva una tarea que cumplir, la fe no es la excepción. Dado que uno de nuestros deberes hacia la fe es conocer sus fundamentos, para poder amarla y perseverar en ella, defendiéndola (Apologètica) correctamente. De eso nos habla Sn. Pablo en la 2 lectura de hoy: "Conforma tu predicación a la sòlida doctrina (no mezclada con ninguna ideología) que recibiste de mi (predicación apostòlica/ Divina Tradiciòn de la Iglesia) acerca de la fe y el amor que tienen su fundamento en Cristo"

El profeta Habacuc nos habla de nuestra actitud ante las dificultades que, humanamente, conlleva mantener la fe: "si se tarda, espéralo, pues llegarà sin falta". 

Volviendo nuestra mirada al Evangelio, Jesùs concluye con una virtud indispensable para que nuestra fe sea grata a sus ojos: "Cuando hayan cumplido todo lo que se les mandó, digan "no somos màs que siervos, sòlo hemos hecho lo que teníamos que hacer". 

Dios lo ha hecho todo, de èl procede todo bien, toda inspiración al bien y toda obra buena. A èl sea el honor, el poder y la gloria por siempre. 

"Señor, robustece mi fe"

Josè R. Mendoza

domingo, 29 de septiembre de 2019

La paràbola de hoy nos recuerda que, el acento no se debe poner en la riqueza, sino en la mala utilizaciòn que hacemos de nuestras riquezas. El otro punto es que el rico es rico, por diversas razones. De ahí que, riqueza puede ser en muchos sentidos, no exclusivamente lo material. El tiempo, el conocimiento, la fuerza, la salud, la vitalidad, etc. Son ejemplos de riquezas. La pobreza es carecer de lo que me permita una vida digna, o bien, reconocerse por debajo de la superioridad de alguien (es el caso de la pobreza espiritual) 

Quien posee un par de zapatos, aunque sean maltrechos, es rico a la par de quien anda descalzo, y quien come aunque sea una cosa poca es rico al lado de quien tiene dìas sin probar alimento. ¿Y quien lo posee todo sino es Dios? Entonces, todos somos pobres, unos màs y otros menos cargados de equipaje. 

Mis abundancias son para darlas y compartirlas en satisfacciòn del hambre y necesidades de los demàs, sea cual sea el tipo de apetito. No se trata de regalar tus cosas ni de mantener al vecino, sino de ayudarle en la mendida de nuestras posibilidades.

Pidamos en este día al Señor, que nos conceda el don de la generosidad para con nuestros hermanos necesitados de aquello de lo que yo puedo dar, puesto que esta vida humana es para prepararnos a la vida eterna. De lo que aca hagamos dependerà nuestro estado de eternidad, llamados Cielo o infierno. 

Josè Mendoza

domingo, 22 de septiembre de 2019

¿Es nuestra conducta conforme a la voluntad De Dios?


¿Cuáles son los criterios que rigen tu vida? Dios o las riquezas. 

La conducta que tomamos ante la riqueza dicta tu manera de ser y pensar en las diversas circunstancias de la vida. Hay quien vive para ser famoso y verse bien, esa es una riqueza. Otra podrìa ser los malos hàbitos, las amistades, los lujos, etc. 
El evangelio de hoy nos lo pone claro, no se puede servir (amar) a Dios y a nuestros apegos. 
A veces, puede que hasta nos creamos el cuento de que hacemos las cosas con la “recta intención” del bien. Pero, aun así, si no eres pobre de corazòn, sino buscamos alcanzar esa bienaventuranza, no poseeremos los bienes del Cielo. De todo lo demás, Dios se encargará. 

Poner el corazòn en esas riquezas del mundo, como el reconocimiento y la fama, es propio de gente mundana. Y todos estamos propensos de caer en la presunción. 

Pidamos al Señor nos ilumine para afrontar el día a día como mendigos en esta tierra y ricos en el Cielo, para ver a los demàs como nuestros hermanos y a no buscar los primeros lugares, sino, màs bien, servir al pròjimo por amor a Dios.

Josè Mendoza, O.P.


domingo, 15 de septiembre de 2019

No podemos tomar de la copa con Dios y luego con el demonio

No podemos ir por la vida buscando la religión a nuestra manera o conveniencia, querer el amor a nuestro gusto y al pròjimo, que sea a la carta.

No podemos amar y luego odiar, bendecir y luego maldecir, no podemos tomar la copa de la salvaciòn de manos del Señor para luego tomar el vino de la perdiciòn en compañìa del Maligno. 


No podemos ser catòlicos de domingo y Herejes o Ateos de lunes a sàbado. El hijo pròdigo fue a buscar la dicha a su manera y el Padre, no queriendo el sufrimiento de su hijo, le permite hacer su voluntad, valiéndose de èsta para que el hijo se arrepienta y enmiende. A veces necesitamos tocar fondo para darnos cuenta de nuestro propio engaño.

Dios nos ama y perdona siempre... nosotros aceptamos su misericordia o renegamos de ella quedándonos afuera de la fiesta. 

La religiòn tiene su fundamento en el sentimiento de dependencia entre un ser finito (el hombre) y aquel que nos inspira trascendencia (Dios), saliendo de una realidad contingente para ir al otro, a quien reconocemos como el Eterno; sòlo reconociendo nuestra indigencia seremos capaces de acercarnos a Dios, y al pròjimo, con sincero arrepentimiento y afàn por amarle, respetarle y servirle.


Josè Mendoza, O.P.

domingo, 8 de septiembre de 2019

El orden correcto de las cosas

Lo he dicho antes y ahora lo repetirè: segùn sea tu escala de valores, serà la vida que ostentes. 

El Evangelio de hoy nos habla de los tres tipos de posesiones mundanas: bienes materiales, los afectos y el ego.

Las cosas sirven para llevar una vida digna no para dejar de vivir por tenerlas, los afectos pueden ser desordenados si nos alejan de nuestro fin ùltimo que es Dios. Incluso, el amor entre familiares debe someterse al Amor de los Amores, porque quien no ama a Dios primero, no ama a nadie, ni así mismo.

Finalmente, pone en relieve el amor propio desordenado, o egocentrismo para abreviar. Es ese tipo de amor en donde todo se hace por el yo, donde no cabe lo que otros quieren, piensan o les afecta, sòlo soy yo y a quien no le guste pues, que se... @¢#¬∞“

Veamos el ejemplo de Jesùs, èl supo dar su lugar a cada cosa, un orden correcto: A lo material valor de uso, a los afectos valor fraterno y al Yo, valor oblativo.

Luego, pensemos en como damos orden a nuestros diversos bienes, relaciones, ideales y prioridades. 

Puestos en oraciòn, pidamos al Señor que nos conceda el recto discernimiento, para que sepamos ver las cosas del mundo en su justa medida.

Josè Mendoza, O.P.

domingo, 1 de septiembre de 2019

Humildad, virtud para combatir la soberbia

Siempre la gente menos humilde suele tachar a otros de no ser humildes, y es que la aceptación de la propia realidad lleva a aceptar las limitantes de los demàs. Dicha aceptaciòn (de la propia fragilidad) no significa que no debemos luchar por ser virtuosos y coherentes con nuestra fe. Es ahi donde entra en juego la humildad: sabiendo lo que somos, aceptando lo que no podemos y recurrir a Aquel que todo lo puede. 

Las lecturas del dia de hoy tienen por tema centra la humildad. 

Misma que se manifiesta con la dependencia que tenemos de la soberanía de Dios, de sus dones y de su sabiduría. “Sin mi nada podèis”, dice el Señor.

Cuando no somos arrebatados en querer imponer a otros nuestro parecer, nuestros criterios, nuestros juicios inconscientes, buscando sòlo servirles con caridad, es que estamos viviendo la virtud de la humildad, y aceptando las humillaciones con gratitud al Todopoderoso que no quiere sino nuestro bien, es que curamos nuestra alma de la soberbia. 

Oremos a Dios con insistencia pidiéndole nos conceda la gracia de la conversiòn y de la perserverancia final.

Josè Mendoza, O.P.

domingo, 25 de agosto de 2019

¿La puerta angosta o la puerta ancha?

Màs que pensar en las condiciones de cada una de las puertas, en lo que se debe cumplir o dejar de hacer, incluso, màs que la elecciòn que vas a tomar; quiero centrarme en un punto particular: la virtud de la obediencia.

Segùn tu escala  de valores seràn las cosas que concibas por buenas, necesarias y urgentes. 


La obediencia sumisa al Todopoderoso que nos marca el camino que hemos de vivir, va a proyectarte por el sendero de la puerta estrecha, con todo y las vicisitudes de la vida cotidiana y contradicciones a nuestros planes establecidos. Cuando èstas se presenten y sigamos firmes en nuestra decisión por ser y vivir conherentes con la Verdad, evaluarèmos la medida de nuestra obediencia ante la Voluntad del Altìsimo. Para caber por esta puerta, hace falta, obedecer con y por caridad, buscando agradar a Dios en todo. 

No se trata de condicionantes externas, sino de nuestra disponibilidad interior, ahi es donde nos venceremos día a día, buscando siempre lo que agrada a Dios. Esa es la puerta estrecha, por donde muchos inflados de ego y cabezotas no saben ni quieren entrar, aunque ellos te hablen grandezas de Dios.


La puerta estrecha contradice a la anchura de nuestras tendencias hedonistas y egocéntricas. Pero, es que para llegar al cielo, hace falta estar liviano y ser conducidos por el amor de Dios, expresado en obras concretas de misericordia al pròjimo. 


Josè Mendoza, O.P.   

domingo, 18 de agosto de 2019

Tengo que recibir un bautismo.

El Evangelio de hoy, en una parte nos dice que Jesùs pronuncia estas palabras “tengo que recibir un bautismo”. Si leemos el contexto, nos ubicaremos en el desarrollo de la vida pùblica de Jesùs. El bautismo en el Jordàn hacìa tiempo en que había tenido lugar. ¿A què bautismo se refiere? Al de sangre, su pasiòn libremente aceptada. 

El cristiano tambièn acepta libremente la cruz, ser signo de contradicciòn, las injurias, y el rechazo de los llamados “suyos”, todo a causa de enseñar y vivir en la Verdad (la causa del Evangelio). Los suyos son esos de la misma familia, eclesial o consanguínea. 

No nos engañemos, a cuàntos hemos despreciado sòlo por no ir en sintonìa con nuestros ideales de vida católica, incluso, a esos que nos dicen las cosas como son, solemos verlos cual leprosos, les negamos su dignidad y murmuramos contra ellos. Esto pasa mucho cuando no somos personas integralmente formadas, y nos hemos conformado en ser muy intelectuales para mantener seguro nuestro puestecito en la secta, club o gueto que hemos constituido, asi llamada comunidad o grupo laical “X”.

Amar la cruz es amar a quien fue crucificado en ella para nuestra redenciòn, como dice en la oraciòn colecta de este dìa: “para que amàndote en las cosas y sobre ellas...” alcancemos a amar como verdaderos cristianos, aún en medio de las contradicciones. Esto no es fàcil si se quiere hacer con la simple fuerza humana, pero con la gracia de Dios es posible aprender a vivir en la fe, la esperanza y la caridad auténticas. 

Hay que aprender a distinguir entre las cruces que nos envìa Dios y las que nosotros nos buscamos (consecuencias).

Josè Mendoza, O.P. 




domingo, 11 de agosto de 2019

La fe

Un par de días atrás me vi ante una tentación muy fuerte de no confesarme. Pensé “mejor hago esto hoy, y mañana busco un sacerdote para confesiòn”, pero luego me vino un sobresalto, recordé que la Regla nos manda particularmente a los dominicos recibir la confesiòn y comuniòn semanal. Esto es màs que un acto piadoso, es un medio para alcanzar el mérito que consiste en despreciar algùn bien terreno por elegir a Dios. La observaciòn de los preceptos de la Regla es para los terciarios camino que nos permite  alcanzar la perfecciòn cristiana. 

Pero, de cierto que no podemos adherirnos a ninguna promesa o compromiso sino es por medio de una fe madura.
Cualquiera hace una promesa y se compromete con alguna obra pastoral, que luego abandonarà pasado el momento en que se sintiò bajo la motivaciòn del sentimiento. 

En cambio, nosotros dominicos observamos la Regla como El medio valiosìsimo para alcanzar, inmersos en la cotidianidad, los méritos de la salvaciòn y subsecuentemente la perfecciòn, que consiste en imitar a Cristo. 

¡Què mejor ejemplo podemos tener que al padre Abraham! Abrazó un camino que no conocìa, creyò en un bien que no veía y supo poderlo alcanzarlo por la confianza que depositó en ese que se lo decia, en Dios. 

Por la fe toda duda queda esclarecida, no porque nos sean dadas las  explicaciones del caso, sino porque confiamos en aquel que dijo y cumplió, y al tercer día resucitó.

Es mediante la fe que nos adherimos a la Verdad y hemos de profundizarla mediante el estudio, la oraciòn, la fraternidad y la predicaciòn. 

Pidamos, pues al Señor, que robustezca nuestra fe .


Josè Mendoza, O.P. 

domingo, 4 de agosto de 2019

¡Insensato, esta noche moriràs,! te hablo a tì que crees que por tus bienes tienes la vida asegurada. 
¿Pero a què bienes se refiere Jesùs? La parábola del rico insensato habla de un hombre que habìa acumulado riquezas, pero con las riquezas viene el orgullo, la soberbia y la falta de criterio en cómo vivir. Los bienes pueden ser de tres tipos: materiales, placeres y honores.

Segùn sea la escala de valores que te mueva así serán las cosas que busques en la vida. En contraste, ¿cuáles  son los bienes que debemos adquirir? Las virtudes teologales que ya gozamos desde nuestro bautismo pero que hemos de trabajarlas para que den fruto, y acompañantes van las virtudes cardinales. Las cosas materiales son importantes y necesarias en la medida justa para esta vida, pero no son bienes que podamos disponer en la vida eterna, o llevárnoslos a la hora de la muerte. Los bienes espirituales y los frutos que demos con nuestra fe, esperanza y caridad son los que no conocen moho ni pueden ser hurtados por los maleantes.
¿Còmo adquiriremos los bienes de mayor importancia? Por medio de la fe, por eso es de suma necesidad pedirle al Señor que robustezca nuestra fe y nos conceda la gracia de la conversiòn.

Josè Mendoza, OP
  

domingo, 28 de julio de 2019

Pater Noster, sello de nuestros lazos fraternos.


Me encanta que, cuando estudio la bella oraciòn que Jesùs enseña a sus discìpulos, noto cosas que con la vana repeticiòn pasarían desapercibidas. Por ejemplo, el uso de “nuestro, nos y nosotros”. Es padre nuestro, todos los bautizados somos sus hijos, sin excepciòn. Danos, perdónanos como nosotros, etc. Esto se comprende bien desde la uniòn de los hijos adoptivos de Dios por medio de la iniciaciòn Cristiana. 

Hace un par de semanas tuve el gusto de predicar en un parroquia en donde me invitaron, trate sobre la familia pero desde el concepto de familia de Dios. Y les decìa que la familia existe en línea sanguínea como en espiritual. Les preguntè ¿què nos hace una misma sangre a pesar de ser de padres carnales distintos, esto sin el bautismo? Una de las catequistas contesto oportunamente “el pecado”. Así es, iniciamos siendo hermanos porque somos hijos de Adàn y Eva, de quienes heredamos el pecado original. Luego, viene Cristo y nos otorga con su gracia la amistad con Dios, siendo que nos transforma en hijos adoptivos del Altìsimo. 

Traigo esto a colaciòn porque algunos hermanos manejan la idea que los lazos fraternos sòlo se dan si convivimos o estamos bajo un mismo techo. Eso se llama convivencia pero la misma puede tenerla gente no afín entre sí, como es en un cine, en una cafetería o en un hospital psiquiátrico.
Claro esta que es muy bonito convivir pero el amor fraterno que nos entrelaza y une se llama Jesùs Eucaristìa, oraciòn y vida de la gracia. 

Tengamos presente que cuando oramos el Pater Noster lo hacemos en plural y sin vanas repeticiones, pensando en cada palabra que decimos durante nuestra oraciòn. Lo hacemos unos por otros o ponemos nuestro pensamiento en alguna persona o grupo cual hermanos en Cristo que somos, màs allà de fugaces emociones. 

Y tù, cuando rezas, ¿te sientes hermano de tus hermanos en Cristo, estén o no cerca de ti siempre?


Josè Mendoza, O.P. 

domingo, 21 de julio de 2019

Contemplar y dar de lo contemplado


¿Es tu casa un lugar donde quien llega se siente acogido? ¿Còmo anda nuestro trato humano con los demàs? Si Jesùs llega en màs de un acasiòn, segùn nos narran las Escrituras, a casa de estas hermanas es porque ahi se sentìa bien. Es decir, no era maltratado ni cuestionado insulsamente. Podemos estar en casa y no sentirnos en nuestro hogar (El vino a los suyos y los suyos, no lo recibieron).

Maria (la contemplativa) y Marta (la activa), ambas realidades son necesarias en perfecto equilibrio. No hacer es malo porque no resuelve nada, y no contemplar u orar es como tragar aire para almorzar. 

Muy sintético lo dice el Maestro de la Orden, Fr. Gerard Francesco Timoner: “Misiòn no es lo que hacemos, es lo que somos”, esto sòlo es posible cuando nuestro hacer refleja nuestra contemplaciòn, esa cosmovisiòn que se adquiere al ver, oír y hablar con Dios. 

Del resto nos podemos jactar como hacen los necios, pero no reflejamos lo que presumimos pues carecemos de lo necesario.


Josè Mendoza, O.P 

domingo, 14 de julio de 2019

¿Legalismos o proximidad?

Hace un par de dìas, en un accidente, cuenta la gente que ante los heridos tirados en la calle muchos transeúntes se detenían, a tomar fotos con sus móviles. 

¡Es increíble!

Esto plantea una pregunta, ¿què tan pròjimo te sientes del pròximo inmediato? 

¿Te has cuestionado, qué te detiene para ver a tu hermano como pròjimo tuyo?

En el caso del sacerdote y del levìta, lo que les impide socorrer al herido es su legalismo ritual por el cual, si tocaban sangre, quedarían impuros como para cualquier labor que era en si misma su trabajo.

Vemos que al cuestionado Samaritano, eso no le impide trata al otro, a quien no conocìa ni esperaba nada de èl, a ayudarle. 

A tì y a mì, ¿què nos auto- mutila para no ser compasivo con el otro?

Muchos Dios, muchas reglas y promesas, pero poca evidencia de haber aterrizado esto en la vida cotidiana, en la compasiòn diaria y en las obras concretas de amor a Dios y al pròjimo.

Te recuerdo, a Dios se le ama con TODO el corazòn, no con retazos de sentimentalismos.

Josè Mendoza, O.P.


domingo, 7 de julio de 2019

Los dones de Dios.


Los setenta y dos volvieron y le dijeron llenos de gozo: "Señor, hasta los demonios se nos someten en tu Nombre".

El les dijo: "Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo.

Les he dado poder para caminar sobre serpientes y escorpiones y para vencer todas las fuerzas del enemigo; y nada podrá dañarlos.
No se alegren, sin embargo, de que los espíritus se les sometan; alégrense más bien de que sus nombres estén escritos en el cielo". 



Es interesante ver còmo Jesùs dimensiona los dones de su amor, a pesar de lo sensacionalista de la actividad de los discípulos que han logrado cosas que quizás tù y yo sólo hemos idealizado, pero aùn asì, les dice que se alegren màs por tener sus nombres inscritos en el cielo.

¿Cómo se puede entender esto? en la vida humana que tenemos vamos de viaje, somos peregrinos en esta tierra, nuestro destino ineludible es la eternidad (sea ésta gloriosa o el castigo), pero la verdad es que todo lo anterior empieza por un signo, El Bautismo. 

En repetidas ocasionas he hablado sobre valorar o bien hacer valer nuestro bautismo, esto es mediante los dones del Espìritu Santo que por vía de la Iglesia nos son concedidos a través de los sacramentos que èsta administra. 

Aunque parezca cruento y difícil todos nuestro sueños y proyectos terrenos por nobles que parezcan son polvo, viento y nada en comparación con el Reino de los Cielos (Vanitas vanitatum et omnia vanitas).

Analicemos si hemos antepuesto nuestra felicidad como bien intermedio ante el Bien Supremo que es Dios. Las alegrías pasajeras son necesarias pero pasajeras, mas la alegría de que nos habla Cristo procede de sì mismo, de su gracia, y consiste en la herencia de la vida Eterna. 

Josè Mendoza, O.P



domingo, 30 de junio de 2019

¿Buscas soluciones humanas o la voluntad de Dios?

Estamos en el tiempo ordinario, es el tiempo que ordenadamente recorremos el Evangelio segùn Sn. Lucas (Ciclo C) Bueno, estas cosas son obvias para un catòlico formado en temas litúrgicos. Sin embargo, cabría preguntar ¿còmo anda tu Jerarquía de Valores?

Dice un principio moral que "a problemas humanas, soluciones humanas y a problemas religiosos, soluciones religiosas". El lío surge cuando buscamos para todo soluciones humanas. 

Como cristianos no podemos ir por la vida sin buscar que la voluntad de Dios se cumpla en mì y en todas sus criaturas. Aunque a veces, esa voluntad nos cuestione o contradiga. Como le pasò a Jesús camino a Jerusalén, al pasar por Samaria no fue bien recibido pero ante esta situación, sabiendo que la voluntad del Padre era que fuera a Jerusalén para manifestar el signo de su amor por la humanidad, no dejò que ese contratiempo le molestara ni le desviara. 

La voluntad de Dios no pasa a ser comparado a un problema que nos contradice o limita, nos limitamos a nosotros mismos por no sabernos cuestionar en cómo va mi vida y si es la Gloria de Dios mi afán. 

Es un deber hacer todo cuanto esta a nuestro alcance por mejorar la vida, la salud y la economía, pero siempre que aquello que añoramos màs sea a Dios y no el objeto como finalidad. 

La voluntad de Dios es perfecta, aún cuando no la entiendo ni la comprenda en su momento. Conviene, cuál ejercicio espiritual, decir en algún momento del día: "Padre, me pongo en tus manos".

Josè Mendoza, O.P.

domingo, 23 de junio de 2019

El Santo de los Santos (Santísimo)

En el Evangelio de hoy contemplamos a Jesùs en el milagro de la multiplicación de los peces y los panes. El total de éstos es 7 (plenitud). Pero quiero centrar mi atenciòn en  Jesùs, quien luego de la acciòn de gracias (Eucaristìa) delega a los discìpulos que repartan el alimento entre la gente; sobrando 12 canastas que son un signo de las 12 tribus del AT y de la Iglesia del NT representada en los 12 apòstoles. 

Me apasiona mucho este texto por la riqueza doctrinal que contiene y la tipologìa en que nos sumerge, ¿recuerdas otra imàgen (prefigura) de la Eucaristìa en el AT? 

Dios no le niega a nadie su Cuerpo y su Sangre en la Eucaristìa, en la comuniòn de lo santos, ni en ninguno de los sacramentos; somos nosotros quienes, malagradecidos, pecamos y nos apartamos de la fuente de Vida Eterna. 

Esto es asì, vamos al Santìsimo para contemplarlo y extasiados salir a dar a los hermanos de lo contemplado. Si no persivimos  la fuerza de su amor es porque no lo hemos contemplado lo suficientemente bien, me refiero a un ejercicio de concientizaciòn de su vida y entrega, en estado de gracia y con sincero reconocimiento de mi nada; no a quedarnos con la vista perdida en el vacìo.

Entre las distracciones màs frecuentes de que se queja la mayorìa cuando esta rezando el Rosario o ante el Santìsimo son los afanes de la vida diaria, los negocios, las relaciones, etc. Es porque aun esa alma esta muy materializada y apegada a las cosas del mundo. Quizàs por ahí va la explicaciòn del porque no podemos estar demasiado tiempo en contemplación profunda o tan siquiera alcanzarla. 
En este punto me interesa estudiar la vida de Sn. Martìn de Pòrres, vemos que una característica de los mìsticos es la humildad. 

Josè Mendoza, O.P.


    

domingo, 16 de junio de 2019

¿Y dònde està Dios?

La pregunta sobre dónde està Dios cuando sufrimos alguna contradicciòn o fracaso es equivalente al porquè los justos sufren mientra el malvado, aparentemente, progresa. 

Sabemos que Dios se halla en todas partes, a eso le llamamos Omniprescencia, pero, lo que hemos de cuestionarnos cuando las cosas no nos van tan bien como quisiéramos es, ¿en dònde està Dios en mi vida? 

Dios revela sus misterios al corazón, es decir, al interior del hombre, porque hay cosas que la simple intelectualidad limitada nuestra no puede captar ni sabrà aceptar aùn cuando nos dieran una explicaciòn detallada. Esto se debe a que el hombre confronta su vida con su orgullo, y mientras se sienta dueño de sì, no sabrà aceptar la voluntad de Dios. 

Lo que el Hijo a recibido del Padre nos los comunica por medio de su Espìritu Santo, esto sucediò en Pentecostès y hasta nuestros dìas. 

Por ende, cuànto la Iglesia es y enseña proviene del Padre, por el Hijo y con el Espìritu Santo; cualquier otra pseudo verdad procede del Maligno. Nos referimos a la manipulaciòn ideològica tan comùn en nuestros dìas y cuyo gancho del que se sostiene es la maliciosa ignorancia e Ilusa fe en que viven algunos dizque Bien intencionados pero malos cristianos. 

Y dado que Dios no puede engañarse ni engañarnos, ni contradecirse asì mismo, queda en cada uno forjar esa relaciòn persona con la Santìsima Trinidad que le lleve a conocer, amar y perseverar en la fe.

Josè Mendoza, O.P.

domingo, 9 de junio de 2019

Recibid el Espìritu Santo

La solemnidad de Pentecostès marca el final de la Pascua. Cincuenta dìas han transcurrido, ¿còmo los hemos vivido?

El Espìritu Santo, la promesa de lo Alto, desciende sobre el Colegio Apostòlico. Reciben los dones que han de servir para la conformaciòn de la Iglesia. 

Pero, aunque sean muchos los miembros, uno sòlo es el Cuerpo, dice Sn. Pablo. La unidad que viene del Espìritu es la unidad de un sòlo Dios, una sola fe y un sòlo bautismo.

Cualquiera que divaga, acomoda o cambia las enseñanzas de Cristo, que recibimos mediante la predicaciòn apostòlica, es un mentiroso. 

Esta unidad no es cuestiòn de modas o sentimientos, sino de la Verdad Revelada.

La fiesta de Pentecostés nos recuerda la importancia que tiene nuestro bautismo, somos hechos nuevas criaturas y por tanto debemos revisar como va nuestra vida y què merece la pena desechar, aquello con lo que contradecimos conscientemente a Dios  y sus enseñanzas.

Quiero terminar con el tema del Magisterio, ¿quienes lo constituyen? Los obispos, EN COMUNIÒN con el PAPA. Y todo aquel que promulgua, vive y enseña, sin errores ni defectos lo que ha recibido de la Sana Doctrina, ese goza de la autoridad del Magisterio Ordinario. Por eso es tan necesario conocer las enseñanzas doctrinales, no para juzgar pero sì para no dejarnos embaucar por cualquier demonio disfrazado de “Buenismo”.


Josè Mendoza, O.P.

domingo, 2 de junio de 2019

Benedicere

Empezarè por dar un detalle etimológico  
- Bendecir: en idioma latino se puede definir como "bien decir" y en sentido hebreo "consagrar algo al culto divino o invocar la bendición divina en favor de algo o alguien". Por eso, lo correcto es decir "Dios te bendiga" no sólo "Bendiciones" a secas. 

¿Cuál fue la actitud de los apóstoles luego de ser bendecidos por el Señor? Alegría y alabanza.

Es la postura correcta de quién se sabe amado y perdonado por Dios.

El Evangelista Lucas, ese mismo que redacta el evangelio con el mismo nombre, es también autor de los hechos de los Apóstoles, esto da continuidad a la narrativa bíblica y clara evidencia de que lo acontecido y narrado es también contado en la Iglesia nacida del Redentor. Es decir, lo que Jesùs dijo e hizo se nos ha transmitido desde los apóstoles hasta nuestros días de manos del Magisterio de la Iglesia. 

Aquel que ha hecho la promesa es fiel (dice la 2a lectura), es la promesa de estar con nosotros hasta el fin del mundo, es la promesa del perdón de los pecados a quien se arrepiente y se humilla, es la promesa de su presencia real en la Eucaristía a favor nuestro, es la promesa de ser el Camino, la Verdad y la Vida... ¿A quien iremos, si sólo tú tienes palabras de vida eterna? es lo que debemos cuestionarnos cada vez que dudamos.

En la Orden de Predicadores tenemos tres lemas, uno es Bendecir... es justo preguntar si soy consciente de esto y en que manera o medida lo estoy realizando... recuerda, ¡alegrìa y alabanza!, pero no sòlo alabar, también pedir... y no sòlo pedir, tambièn predicar con la propia vida, para ser signo de la bendición de Dios entre los hermanos. 
Cuando digas "Dios te bendiga" debe pasar de un bonito deseo a ser acciòn concreta (material o espiritual) en la búsqueda del bien común.

Josè Mendoza, O.P.



domingo, 26 de mayo de 2019

¿Primero circuncidado y luego bautizado?


Interesante la discusión que nos presenta la 1a lectura: sobre si era o no correcto imponer a los gentiles la circunciciòn (prefigura del bautismo en la Ley de Moisès). Evidentemente no fue correcto, porque en Cristo la Iglesia prefigurada desde el AT alcanza su realización en la Iglesia fundada sobre Pedro y los apóstoles. Èstos, sólo les ponen unas condiciones, que cobran sentido en no tener ni dar culto a otros dioses ajenos al Unico y verdadero Dios.

Y es porque el Verdadero Templo, como se ve en la 2a lectura, son Dios Todopoderoso y el Cordero, es decir, el único que merece culto en espíritu y en verdad.

Finalmente, Jesùs pone el acento de su palabra sobre el amor. Del Amor a Dios brota el respeto a nuestro prójimo, la solidaridad y todas las buenas obras características de quien dice amar al Señor.

Bien lo dijo Jesùs, no todo el que me diga Señor, Señor, entrarà en el Reino de los Cielos. Y es porque bien sabia que muchos andamos por ahí presumiendo de Católicos, de religiosos o laicos pero sin aterrizarlo en obras concretas que desembocan en dar la Gloria y Alabanza a Dios. 

No olvidemos que la Paz no es ausencia de problemas sino seguridad y esperanza en la Vida eterna que alcanzamos por los mèritos de Cristo. Seamos pues valientes y esforcémonos en vivir a plenitud lo que hemos recibido desde nuestro bautismo. 

Josè Mendoza, op